Una novela de fuerte aliento romántica y sentimental se lleva a la pantalla en The Light Between the Oceans. Sus protagonistas: Tom Sherbourne e Isabel viven en la isla del sur de Nueva Zelanda, justo a la conclusión de la Primera Guerra Mundial.

Tom ha regresado tras haber estado en los frentes de batalla y, hastiado y desencantado de lo que ha experimentado, acepta el puesto de encargado del faro en una isla, Janus Rock, convirtiéndose así en el único habitante del recodo promontorio.

Se ha enamorado de Isabel y tras casarse con ella, la lleva a la isla, donde viven felices sus primeros años. Dos embarazos que terminan trágicamente hacen presente la infelicidad en sus existencias.

Todo cambia, sin embargo, con el descubrimiento de un bote a la deriva y el hallazgo de un hombre muerto al que acompaña una criatura de poco tiempo de nacida.

Es esa la oportunidad que se le presenta a Isabel de volver a ser feliz a base de una maternidad subrogada. Esa maternidad les traerá a ambos graves consecuencias, ya que al avanzar la trama aparecerá otra mujer, Hannah, que resulta ser la verdadera progenitora de la criatura.

Este argumento de factura claramente novelesca, se convierte en manos del director, Derek Cianfrance, en un filme presidido por hermosas imágenes que reflejan lo majestuoso del paisaje y, a la vez, lo solitario del mismo.

Las escenas del inicio dan paso a una secuencia muy poderosa en la que una formidable tormenta obliga a Tom a trasladarse al faro y separa a la pareja, por lo que Isabel se enfrenta sola a su primer parto.

En una segunda parte el filme acumula las desgracias sobre sus personajes y, a través de su final, se reafirma la idea de que es mejor perdonar que vivir con un rencor incesante.

Filme de intérpretes, tres son los destacados: Michael Fassbender, Alicia Vikander y Rachel Weisz. Se impone celebrar en primer lugar a Fassbender. Su acercamiento al personaje de Tom se distingue más que por las palabras, por la sobria intensidad de sus expresiones, más logradas cuanto más se acerca la cámara a su rostro. Su personaje es uno vertical, caracterizado por la integridad, puesta a prueba por su esposa, por cuyo amor cede ante lo que su conciencia le indica que es injusto. Esa decisión provocará la crisis de la que dependerá su propia existencia.

Alice Vikanier, recién ganadora del óscar por el rol desempeñado en The Danissh Girl, rinde una interpretación que es opuesta a la de Fassbender pues se sirve de lo sentimental y, sobre todo, del llamado “don de lágrimas”.

Rachel Weisz, en fin, en un papel intenso y exigente, recurre como Fassbender a la sobriedad en su aproximación al rol de Hannah.

Un filme que descansa sobre todo en las interpretaciones y en un espléndido trabajo camarográfico para trasladar a la pantalla una novela exitosa.

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