El éxito en taquilla de ciertas películas y/o personajes ha dado lugar en el cine a las secuelas o continuaciones procedentes de Hollywood desde los años 30 del pasado siglo. Más próximas en el tiempo, las películas que desarrollan la historia de ciertos personajes o figuras, antes de volverse famosas en series triunfantes, se han vuelto frecuentes en el cine actual.
Tal es el caso de Solo: A Star Wars Story, cinta dirigida por Ron Howard, que le ofrece a los espectadores la oportunidad de reencontrarse con Han Solo, personaje que se impuso en los gustos del público tras sus apariciones en la serie de Star Wars y que estuvo interpretado en dicha serie por Harrison Ford. Ese papel lo convirtió en estrella del medio fílmico.
La película lo recupera para el público antes de hacerse presente en la citada serie, estando interpretado por el actor Alden Ehrenreich en su inicio de carrera cinematográfica.
Solo se encuentra, al inicio de la cinta, en su planeta de origen, Corellia, del que trata de escapar por la situación de opresión que allí impera. Lo hace en compañía de su amada, Qi’ra pero a esta se le impide la salida en el último momento.
Se inicia así una sucesión de viajes por las galaxias lejanas que culminan con un último traslado, en compañía tanto de Qi’ra, con el que se ha vuelto a reunir, y de un contrabandista, papel que asume Woody Harrelson. Buscan todos un preciado metal, codiciado también por la figura siniestra del filme, cuya caracterización corre a cargo de Paul Bettany.
Esta trama es bastante complicada y en ella toman parte otros personajes como Chew Bacca, tan recordado por sus apariciones en los episodios de Star Wars, y Lando, un jugador empedernido que se desempeña en otro de los roles importantes de la película y que es interpretado por Donald Glover.
El argumento sirve de telón de fondo para un despliegue abundantísimo, pletórico de movimientos de cámara, efectos especiales y utilización constante de la edición, por lo que las actuaciones quedan muy fragmentadas. De interés resultan los escenarios diseñados para la película.
En efecto, Solo consiste fundamentalmente en un conjunto de secuencias de acción, sobresaliendo entre todas, aquellas que muestran al protagonista enfrascado en el asalto de un tren que se desplaza a toda velocidad por un paisaje en el que se combinan las altas montañas con las abundantes nieves del lugar.
Estas secuencias, muy bien orquestadas, están dotadas por la edición de creciente tensión y acaban por abrumar al espectador que no recibe, más allá de la pericia técnica de las mismas, un argumento creíble y convincente.
En cuanto a la nueva personalidad que protagoniza el filme, Alden Ehrenreich, aunque de agradable presencia, no posee el carisma que le permitió a Harrison Ford convertir a Han Solo en una figura icónica del cine.
Solo, A Star Wars Story ha sido clasificada ‘A-3’, para mayores, por la clasificación católica y ‘PG-13’, se advierte a padres y guardianes que algún material de esta cinta podría considerarse impropio para menores de 13 años, por la clasificación voluntaria de la industria.