La biografía de San Pablo es el objetivo principal de la película titulada Paul, Apostle of Christ, recién estrenada.
Dirigida por Andrew Hyatt y protagonizada por un trío de excelentes intérpretes: Jim Caviezel, Olivier Martínez y James Faulkner, esta cinta ha sido rodada en Malta y nos presenta al “apóstol de las gentes” en la última etapa de su vida, encarcelado en la prisión mamertina de Roma mientras aguarda la sentencia definitiva que lo conduciría a la Vida Eterna, al condenársele a morir decapitado.
San Lucas, el evangelista de la misericordia como se le ha llamado, médico de profesión y discípulo de Pablo se reúne con él en la prisión. Su encuentro y sus conversaciones, en las que se reproducen lo expresado acerca de Pablo en las Sagradas Escrituras, se alterna -en típica fórmula cinematográfica- con la precaria situación que enfrenta la comunidad cristiana en Roma, escondida y temerosa de la suerte que le aguarda, ya que la trama de esta cinta nos traslada al año 67, durante el reinado de Nerón, en que los cristianos fueron acusados por el emperador de haber provocado intencionalmente el incendio de la ciudad y, por ello, condenados a muertes tan terribles como ser utilizados como antorchas vivientes en las calles de la urbe o destinados a sufrir un cruento final en el Coliseo, lugar donde perecieron despedazados por las fieras salvajes o a mano de los gladiadores.
La historia de Pablo entonces se alterna con la de la comunidad cristiana perseguida, encabezada por Aquila y Pricila, los amigos de Pablo, que se encontraban también en Roma. Esa comunidad se encontraba dividida entre los que apoyaban el marcharse de la ciudad para encontrar refugio en otra parte y seguir así propagando la doctrina cristiana en lugares más seguros y aquellos otros, entre los que se encontraba Pricila, que querían mantenerse en la ciudad imperial.
Formalmente la película se distingue por el ambiente sombrío en muchas de sus secuencias, tal como cuadra a las situaciones presentadas: la prisión mamertina en el caso de Pablo y Lucas o el lugar de refugio de la comunidad cristiana. Solo en ciertas ocasiones el filme se abre a escenas diurnas y del mismo modo, la música de fondo se halla ausente en varias de sus escenas, todo en función del realismo que caracteriza a la cinta y para dar paso al centro temático de la película: las conversaciones entre Pablo y Lucas.
Las actuaciones protagónicas ya mencionadas, ofrecidas por Jim Caviezel como Lucas, James Faulkner, la más poderosa, como Pablo y Olivier Martínez en el rol del perseguidor romano se caracterizan por su sobriedad y evitan al máximo el sentimentalismo. El filme también permite que afloren brevemente, mediante vueltas atrás (flashbacks), aquellos pasajes de la vida de Pablo que lo muestran como perseguidor implacable de los cristianos y su súbita y portentosa conversión.
Es conmovedora la escena de la despedida de ambos santos, uno maestro y otro discípulo, así como la visión final tanto de Pablo y Lucas como de los cristianos que sufrieron el martirio, en la otra vida.
(Paul, Apostle of Christ ha sido clasificada ‘PG-13’, se advierte a padres y guardianes que por la presentación de algunas escenas de contenido violento e imágenes perturbadoras, la misma podría resultar impropia para menores de 13 años).