Mona: tesoro del Caribe es la producción más reciente de Sonia Fritz, destacada cineasta que además es profesora de la Universidad del Sagrado Corazón. Fritz, oriunda de Méjico lleva varias décadas en Puerto Rico donde ha desarrollado además de la tarea docente, la realización fílmica, contando con una obra que se integra tanto por documentales, su producción más numerosa, como de largos de ficción.
Con Mona: tesoro del Caribe la cineasta ofrece un documental en que, de manera abarcadora y con la intervención como entrevistados de personalidades del mundo de la ciencia así como de la historia, se examina el devenir en el tiempo de esta isla situada entre la República Dominicana y Puerto Rico, de la cual forma parte.
El documental, muy bien estructurado, nos asoma a Mona desde su subsuelo, formado por un sistema de cuevas que son objeto de estudio por espeleólogos tanto puertorriqueños como procedentes de los Estados Unidos. Ellos ofrecen valiosos datos en relación con las mismas.
Otra sección examina su superficie con énfasis en sus dos especies más emblemáticas como lo son sus iguanas y sus cobos. Por último, la cineasta nos expone al mundo marino que rodea la isla para hacer hincapié en sus tortugas y careyes, en peligro de extinción como sus iguanas por la persecución de que han sido víctimas. Proceden en el caso de las iguanas, de los gatos y cerdos que la habitan y que los diezman de continuo, en tanto que en el caso de las tortugas y careyes, los últimos en especial, son objeto de exterminio por vía de la explotación de los careyes.
La pre-historia de Mona es también fascinante ya que se descubre en sus cuevas el arte de los taínos, primeros pobladores de Mona. A partir de 1502, fueron los españoles los que la ocuparon y en los últimos tiempos, los más recientes, Mona ha sido el lugar donde encontraron refugio y asilo temporero grupos como los haitianos o los cubanos que desde su país intentan llegar a Puerto Rico para acogerse a la política, recientemente suprimida de pies secos/pies mojados, términos con los que se indicaba que, si los nacionales de Cuba que huían del país, llegaban a pisar territorio norteamericano, serían acogidos en los Estados Unidos.
Formalmente el documental cubre todos estos aspectos descansando no solo en los testimonios que ofrecen los entrevistados sino, sobre todo, en la belleza e impacto de sus imágenes que, editadas convenientemente, permiten este múltiple y completo retrato de una isla de la que la directora Fritz y su equipo, ofrecen una visión detallada y abarcadora de su estado actual, su pasado y sus posibilidades.
Un logro que anotarle a la carrera de Sonia Fritz como documentalista y un filme de hermosas imágenes que revelan desde todos los ángulos: el aéreo, el terrestre y el submarino las riquezas que atesora la isla de Mona.