Octava película de la serie que utiliza en todos sus títulos el adjetivo “furiosos”, The Fate of the Furious se aparta del esquema tradicional de las otras cintas de la serie. Descansaban en la unidad del pequeño grupo de corredores de autos que eran capaces de enfrentarse a los mayores peligros, superarlos y así garantizar y asegurar la tranquilidad colectiva.
En esta ocasión Dom (interpretado por Vin Diesel) se halla en La Habana, disfrutando de su luna de miel con Letty (Michelle Rodríguez) cuando se encuentra con Cypher (Charlize Theron) y se rinde a su hechizo, abandonando a Letty para ponerse al servicio de tan terrible personaje.
Cypher busca asegurarse el dominio del mundo gracias a un recurso formidable, “el ojo de Dios”, con el que cuenta para obtener su triunfo.
Los antiguos compañeros de Dom, encabezados por Luke (Dwayne Johnson), son reclutados por un alto oficial de la seguridad norteamericana, al que ellos llaman despectivamente “Mr. Nobody” (Ken Russell) y se agrega a los integrantes del grupo, Deckhard (Jason Stathan), agente británico.
Todos unidos se enfrentan a las huestes de Cypher y consiguen de manera prodigiosa acabar con sus planes. Cypher escapa por lo que es más que posible que la serie continúe.
La película cuenta como máxima atracción con las carreras y persecuciones en autos. Se escenifican las mismas en los lugares más diversos como la capital de Cuba, Berlín, Nueva York y el gran final ocurre en la Siberia ártica. Estas secuencias son realmente espectaculares -toda acción y movimiento- e incluyen un “suicidio colectivo” de automóviles que, sin conductores, se lanzan a las céntricas calles de Manhattan desde sus aparcamientos, causando un gran caos.
A más de estas secuencias que son la razón de ser de la película, el filme se sirve de lo sentimental a base de la súbita aparición de un bebé, cuya madre, prisionera de Cypher, identifica a Dom como padre de la criatura. Dom se ve así forzado a seguir a las órdenes de Cypher a fin de salvarle la vida al recién nacido.
Demás está afirmar que estos pasajes son los menos interesantes de la cinta por la pobre expresividad de Vin Diesel, cuyo gran talento cinematográfico reside en sus bíceps y poderosa musculatura. Lo mismo ocurre con Dwayne Johnson que personifica a Luke y solo la presencia, muy breve por cierto, de Helen Mirren como la madre de Deckard puede identificarse con lo genuinamente histriónico. Lo mismo ocurre con Charlize Theron, actriz que recibiera el “óscar” de mejor intérprete femenina protagónica en el año 2001 por su papel en Monster y que en esta película no tiene iguales oportunidades dramáticas.
Clasificada para mayores, ‘A-3’, por la clasificación católica y ‘PG-13’, se advierte a padres y guardianes que algún material de este filme podría considerarse impropio para menores de 13 años, The Fate of the Furious presenta a sus inicios dos secuencias ambientadas en La Habana en que esta isla tropical se muestra como un paraíso, olvidando que Cuba ha estado sometida por más de 50 años a la dictadura del régimen castrista y presenta al grupo de los furiosos como el único recurso, pese a la violencia utilizada por ellos, capaz de asegurar la paz en el mundo, lo cual resulta absolutamente increíble.