Tres agentes de la Mossad, servicio secreto israelí, cumplen una misión en Berlín Oriental. Son dos hombres y una mujer que secuestran al criminal nazi Dieter Vogel, cirujano de Birkenau, responsable de muertes y sádicos experimentos de desfiguración. El médico logra escaparse y la misión fracasa.
Los agentes concuerdan en fabricar una mentira, diciendo que habían ajusticiado al carnicero. Reciben honores nacionales en Israel y la farsa se impone durante tres décadas. Uno de los varones no puede resistir más la falsedad y el engaño y se suicida, mientras se descubre que el médico aún vive en un manicomio de Ucrania. Se envía a la mujer espía a saldar la deuda pendiente, y esta logra finalmente acabar con el médico asesino.
Antes de que partiera hacia Ucrania, el varón sobreviviente le dice a la mujer: La verdad es un lujo, y no podemos sacrificarnos ni sacrificar la familia y la nación por ella. La película Al filo de la mentira nos enseña que todo secreto tiene un precio. Algunos pretenden vivir permanentemente en la mentira, pero pagan un costo descomunal.