La La Land
Los géneros fílmicos han sido, conjuntamente con el sistema estelar, el sostén de Hollywood a través de los años. Cambian, eso sí, con el paso del tiempo y se adaptan a los nuevos gustos del público. El musical, género que cultivó el cine norteamericano asiduamente en el periodo comprendido entre los años 30 y 60 del pasado siglo, desapareció después de las pantallas y vuelve a reaparecer hoy con el estreno de La La Land.
Se trata de un musical adaptado a nuestra época, en el que en vez de intentarse la vida de una figura importante del espectáculo como Florence Ziegfeld, objeto de la atención del medio en The Great Ziegfeld, un musical caracterizado por sus suntuosos números, opta por lo cotidiano: los esfuerzos de una pareja, Mía y Sebastián, por triunfar en un mundo tan competitivo como el de la ciudad de Los Ángeles, donde radica la Meca del cine.
Mía quiere triunfar como actriz mientras trabaja en la cafetería de un estudio, el de la Warner, y Sebastián intenta lo mismo pero en el campo de la música popular, del Jazz específicamente.
Se ven por primera vez en medio de un soberano tapón lo que da pie para la introducción del primer número musical, uno coreográficamente ágil e imaginativo. Siguen después otros números y la amistad entre la pareja, amistad que pronto se convierte en íntima y amorosa.
Tal trama y tales protagonistas no son nada nuevo en el cine y, de hecho, lo que es débil en La La Land es un argumento, de sobra visto y muy predecible. Salvan al filme, sin embargo, sus números musicales. Son dinámicos, efectivos y muestran de continuo esa nota de cotidianidad, a las que nos hemos referido.
La cinta, además, se convierte en un tributo al cine, lo que se evidencia en la selección de un estudio cinematográfico como centro de trabajo de Mía, su protagonista y en las referencias visuales al medio. Vienen representadas por los carteles alusivos a figuras o a películas. Entre todas se destaca la enorme fotografía de Ingrid Bergman, actriz emblemática de Hollywood, tres veces ganadora del “óscar”. También se destacan ciertas salas de cine que aun quedaban en Los Ángeles como la del Rialto, en que se exhibían clásicos cinematográficos.
Ese homenaje se extiende a la ciudad, cuyos lugares como el parque Griffith, situado en lo alto de una montaña desde la cual se domina la ciudad, se escoge para varias escenas, entre ellas una que sirve de marco a un número musical muy imaginativo, aquel que muestra a la pareja elevándose por el firmamento, más allá del observatorio.
En las actuaciones sobresale la de Emma Stone, por la intensidad que le imprime a su papel y en la dirección se destaca Damien Chazelle por la creatividad desplegada en la presentación y ejecución de los números musicales.
La La Land ha sido nominada en 14 categorías para los premios de la Academia. Empata así con All About Eve y Titanic como la cinta más nominada en la historia de esos premios.
La La Land ha sido clasificada para mayores, ‘A-3’, por la clasificación católica y ‘PG-13’, se advierte con insistencia a los padres y guardianes que algún material del contenido en esta película podría resultar impropio para menores de 13 años, por la clasificación voluntaria de la industria.