Dirigida por Steve Gomer y protagonizada por John Corbett, All Saints es una película cuyo título parece referirse a la comunidad de santos que habitan ya en la Gloria. El mismo, sin embargo, se refiere no a esa comunidad de bienaventurados sino a la parroquia de Todos los Santos, perteneciente a la iglesia episcopal y localizada en Smyrna, en el estado de Tennessee a la que llega, tras su ordenación por el obispo, el nuevo párroco. Se llama Michael Spurlock y lo acompañan su esposa, Aimée, y su hijo. Viene para cumplir una triste misión: el cierre de la parroquia debido a su enorme deuda, a fin de ser vendida a intereses comerciales.
La llegada del reverendo Spurlock coincide con la afluencia al lugar de una comunidad procedente de Birmania, nación de la que han huido para escapar de una muerte segura. No hablan inglés, salvo uno de ellos que sirve de enlace entre la comunidad episcopal de All Saints y el grupo, ya que este pertenece a la fe anglicana, al haber sido Birmania ocupada por los ingleses en los años previos a la segunda guerra mundial.
El reverendo Spurlock decide entonces luchar por ese grupo de refugiados, lograr su integración con la feligresía a la que sirve y conseguir, además, que sus Superiores –entre los que se encuentra el obispo- desistan de los planes de venta y se decidan a ayudarlos.
En unión de los birmaneses intenta un osado plan: cultivar las tierras aledañas a la iglesia, utilizando para ello la mano de obra de estos inmigrantes y vender la cosecha a buen precio como recurso efectivo que les permita recaudar los fondos necesarios para evitar la venta.
Esa es, en esencia, la trama de All Saints, sucediéndose a medida que progresa la trama diversas crisis y confrontaciones hasta que un final feliz permite la permanencia de la parroquia tras haberse alcanzado la confraternidad de comunidades muy diferentes en lo tocante a raza, lengua y filiación cristiana.
El filme, cuyas buenas intenciones son evidentes ya que se desprenden del relato mismo, carece –sin embargo- de la fuerza necesaria para impresionar profundamente a los espectadores. Se contentan, en vez, con mostrar evento tras evento hasta alcanzar ese final feliz con el que cierra la película.
Parte del problema de la película desde el punto de vista de su insuficiencia dramática estriba, de una parte, en el guion del filme que acumula demasiados incidentes y alarga la duración de la cinta en demasía y, de la otra, en que el protagonista del filme, John Corbett, no logra en su caracterización el suficiente dramatismo.
All Saints ha sido clasificada ‘A-2’, para jóvenes y mayores, por la clasificación católica y ‘PG’, se sugiere la orientación de los padres, por la clasificación voluntaria de la industria.