El insaciable apetito del cine por material fílmico lo ha llevado a servirse de continuo tanto de las obras literarias del pasado, como de lo nuevo que se publica.
El comentario viene al caso por el estreno de Alice Through the Looking Glass, un filme cuyo personaje central procede de las obras de Lewis Carroll, publicadas en los años 1865 y 1872.
Este personaje ha sido llevado al cine en varias ocasiones a base de la cinta animada de Disney de 1951 o, más recientemente, en el 2010 por Tim Burton.
Esta película que reseñamos cuenta con la intervención de Burton pero solo como productor asociado del proyecto, lleva en la dirección a James Bobin y constituye sobre todo un filme de gran riqueza visual por la variedad de escenarios que exige su trama, mezclándose en su reparto nombres de nuevas figuras del medio fílmico como Mia Wasikowska quien interpreta al personaje de Alice con el de intérpretes más conocidos como Johnny Depp que comparte con ella los honores estelares de la película, al hacerse cargo del otro papel de gran importancia del filme, el del sombrerero loco. Además de Wasikowska y Depp figuran en el reparto Anne Hathaway, Sacha Baron y Helena Bonham-Carter. También se oye la voz del recientemente fallecido Alan Rickman, que le presta sus cuerdas vocales a uno de los personajes animados que figuran en el proyecto.
El argumento de la película combina lo realista (en el principio y en la conclusión) con lo puramente fantástico, representado por ese universo invisible en el que se introduce la protagonista a través de un espejo. Se enterará así que su amigo, el sombrerero loco esta sumido en la tristeza, se comporta en forma cada vez más extraña y se halla desesperanzado por la muerte de toda su familia; sobre todo se aflige recordando las desavenencias tenidas con su padre.
Alicia se ocupará de comprobar si la familia de su amigo está realmente muerta para lo cual tendrá que vivir prodigiosas aventuras, entablar una relación no siempre amistosa con el señor del tiempo (Sacha Baron) y con las dos reinas, la blanca (encarnada por Anne Hathaway) y la roja (Helena Bonham-Carter).
Nuevo ejemplo del dinamismo visual que adquieren algunas producciones procedentes del cine norteamericano gracias al enorme presupuesto a la disposición de tales proyectos y a la sobreabundancia de efectos especiales. Alice Through the Looking Glass es mucho más impactante en lo visual que en lo temático.
La película ha sido clasificada ‘A-2’, para jóvenes y mayores, por la clasificación católica y ‘PG’, se sugiere la orientación de padres y guardianes, por la voluntaria de la industria.