Para muchos predicar suele ser sinónimo tanto de llevar la Palabra de Dios a quienes la necesitan como de anunciar el acontecimiento de la salvación. A su vez, se le considera como un don o talento. Con motivo del Día de los Padres, El Visitante entrevistó a la familia Rosa que va por su tercera generación de predicadores. Hipólito mejor conocido como Yin, Jaime y Noel compartieron lo que significa para ellos predicar y cómo se iniciaron en este camino.
‘Predicar para mí es la vida’
Luego de participar en un Cursillo de cristiandad en 1972, Hipólito Rosa Hernández ha prevalecido como predicador no solo dentro del Movimiento de Cursillos, sino en retiros de matrimonios, novenas de difuntos y junto con su hijo Jaime alrededor de la Isla.
A sus 77 años ha predicado en casi toda la Diócesis de Mayagüez donde fue rector y presidente del Secretariado de Cursillos, hace 44 años es miembro de los Caballeros de Colón y actualmente funge en el Tribunal para las anulaciones del matrimonio como patrono (persona que inicia el proceso de anulación con la primera entrevista que se le hace al candidato para determinar si tiene causal o no).
“Soy de las personas que pienso que si el Señor me ha bendecido con los negocios, no me puedo convertir en un enano en la parte espiritual. Ambas tienen que caminar a un mismo ritmo. Por eso predicar para mí es la vida. Es como el agua para el pez”, señaló Yin mientras recordó que su primera prédica fue en un novenario de difuntos.
Con motivo del Día de los Padres, este padre de ocho hijos, de los que seis son predicadores, y quien tiene 24 nietos entre los que algunos ya se iniciaron en la prédica y 16 biznietos; hizo un llamado a los progenitores para que den testimonio a sus hijos. “No podemos pedir virtudes y cosas a la familia si como papá no estás dispuesto a darlas. La vida como padres a pesar de todo es un sacrificio, dar buen testimonio es la única forma en que los hijos se dejan arrastrar porque estamos compitiendo con la calle, con la Internet. Si en casa no se ve el testimonio de vida cristiana, no podemos pedirles a los hijos que tengan un testimonio de vida cristiana saludable”, precisó.
‘Solo Dios hace al hombre feliz’
Para el cantante y predicador internacional Jaime Rosa, su vida dio un giro el 26 de septiembre de 1996 cuando Dios lo rescató de la muerte. Según los médicos, nueve de cada 10 personas que sufren una rotura masiva de músculos (en su caso por un levantamiento de pesas indebido) muere.
“Como el hijo pródigo recurrí al nombre poderoso de Jesús de que no permitiera que yo muriera en ese momento. Mis riñones estaban a punto de explotar, a punto de estar intervenido para darme diálisis. Sin embargo, en un proceso de cinco horas todo ese proceso se detuvo”, aseguró.
Desde entonces colocó a disposición del prójimo sus dones y talentos en la música y posteriormente en la prédica. Hoy día, además de haber visitado 53 municipios de la Isla para ofrecer retiros de liberación, sanación y crecimiento, ha viajado a países como Canadá, México, El Salvador, República Dominicana y Estados Unidos, por mencionar algunos.
En 2003 fue seleccionado como el predicador oficial de la Gran Vigilia de Pentecostés que se realizó en Ponce. Y en 2006, el tema Te haz hecho mi pan de su tercera producción musical Arde hoy, estuvo entre los primeros 10 de Puerto Rico tanto en emisoras católicas como en emisoras evangélicas. “Ese tema me llevó a ser el primer cantante católico en estar en el Choliseo de Puerto Rico en el aniversario de la Emisora Nueva Vida”, expresó el padre de una joven de 20 años.
“El predicar para mí es darle gracias a Dios por su misericordia conmigo”, sostuvo al señalar que su primera prédica fue en un círculo de oración. Por lo que convencido de que solo Dios hace al hombre feliz, recordó a las personas a darle cabida a Dios en todos los aspectos de la vida tanto en la familiar, de comunidad, en la iglesia como en las facetas profesionales.
‘Predicar es llevar un mensaje de esperanza’
Tras una vida de salidas y jangueo, la vida de Noel Rosa de 27 años, llegó a un punto en que aunque estaba rodeado de personas se sentía solo y vacío. Fue un amigo el que lo invitó a un grupo de renovación carismática donde por primera vez sintió paz. Más adelante en un retiro tuvo una experiencia con el Señor, quien de poco a poco en el camino, a través de varios retiros y diferentes personas, le confirmó que lo utilizaría a través de la música. Desde entonces sintió el llamado a motivar a otros jóvenes para que conozcan a Jesús y le den la oportunidad de tenerlo en sus vidas.
Aunque confesó que no es el tipo de predicador que se suelta y puede hablar sin miedo, reconoce que Dios ha hecho tanto en su vida que no puede quedarse callado. Por lo que durante los pasados 3 años ha llevado la palabra a grupos de jóvenes o congresos, al reconocer que predicar es llevar un mensaje de esperanza. “El Señor ha sido tan misericordioso conmigo que estaría mal que yo me quede callado”, admitió el también productor musical. Asimismo, recordó que la primera vez que predicó fue en un retiro de jóvenes en Bayamón. “Yo no iba a predicar, iba solo a hacer la música, pero me pidieron que diera mi testimonio y me lancé”, compartió.
Exhortó a que “apoyen a los jóvenes, les den más participación en sus parroquias y se atrevan a confiar en ellos. Los deben dejar desarrollar las ideas que tienen para alcanzar a esta nueva generación porque no podemos seguir en los mismos patrones que se han hecho por siempre. Tenemos que darles la libertad de que evangelicen con los nuevos estilos que el Espíritu Santo les va mostrando”.