Comparto contigo esta hermosa reflexión de la revista Dabar escrita por Susi Cruz sobre la fe

“Hoy me viene a la cabeza lo que ocurre con el bambú japonés y que tiene algo de similitud con las lecturas de hoy:

Cultivar bambú japonés no es apto para impacientes. Su proceso es distinto al de otros. El bambú japonés, es una de las plantas más lentas en crecer en todo el mundo.
Durante los primeros 7 años, es muy poco lo que se puede apreciar de su crecimiento, quizás un cultivador inexperto, no tendría la suficiente paciencia y abandonaría el proyecto.

Sin embargo, al llegar al séptimo año, en solo 6 semanas la planta de bambú crece más de 30 metros.

¿Qué ocurrió? ¿Por qué no crecía durante los primeros 7 años?

No es que no creciera, sino que durante los primeros 7 años de aparente inactividad, el bambú estaba generando un complejo sistema de raíces, que le permitiera sostenerse cuando empezara el crecimiento.

Sin embargo, en la vida cotidiana, tratamos de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo.

Quizás por la misma impaciencia, aspiramos a resultados en corto plazo, y abandonamos súbitamente justo cuando ya estamos a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencernos que llegamos a la meta solo cuando luchamos de forma perseverante y sabemos esperar el momento adecuado. A veces en ocasiones estamos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo, perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo esperado, y es bastante frustrante. En esos momentos es importante acordarse del ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que aunque no veamos los resultados, estamos madurando y creciendo en nuestro interior.

Si no consigues lo que deseas, no desesperes…quizás solo estés echando raíces.

No hay fe sin esperanza, la fe sin esperanza está muerta y la esperanza, privada de la fe, resulta ciega. Añadiría que la fe sin esperanza, es como una cáscara vacía.

Nada llega cuando nosotros lo decidimos, la fe es una espera hecha de paciencia, calma, paz… y tiempos largos. Implica la capacidad de resistir al desaliento y la desilusión.”

 

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