Teniendo como guía algunas frases del Papa Francisco les invito a reflexionar hoy sobre el gran tesoro que es nuestra Familia.
“Tener un lugar a donde ir, se llama Hogar. Tener personas a quien amar, se llama Familia, y tener ambas se llama Bendición”.
Hay tres palabras claves que deben animar nuestra vida familiar: “Permiso, gracias, y perdón”.
“La palabra ‘Permiso’ nos recuerda que debemos ser delicados, respetuosos y pacientes con los demás, incluso con los que nos une una fuerte intimidad. Como Jesús, nuestra actitud debe ser la de quien está a la puerta y llama.
Dar las ‘Gracias’ parece un signo de contradicción para una sociedad recelosa, que lo ve como debilidad. Sin embargo, la dignidad de las personas y la justicia social pasan por una educación a la gratitud. Una virtud que, para el creyente, nace del corazón mismo de su fe.
Finalmente, el ‘Perdón’ es el mejor remedio para impedir que nuestra convivencia se agriete y llegue a romperse. El Señor nos lo enseña en el Padrenuestro, aceptar nuestro error y proponer corregirnos es el primer paso para la sanación. Esposos, no terminen nunca el día sin reconciliarse”.
No olvidemos que: “En la vida, la familia experimenta tantos momentos bellos. El descanso, los almuerzos juntos, las salidas al parque, al campo, la visita a los abuelos, la visita a una persona enferma, pero si falta el amor, falta la alegría, la fiesta, y el amor siempre nos los da Jesús. Él es la fuente inacabable”.
Y para concluir nuestra meditación, oremos por nuestra familia:
Dios nuestro, Tú quisiste que la familia tuviera en Ti su firme fundamento; escucha con bondad nuestras oraciones
y concédenos vivir en nuestros hogares las virtudes y el amor de la sagrada familia de tu Hijo unigénito,
y así llegar a gozar de los premios eternos en la casa del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.