La Palabra de Dios en este domingo establece una estrecha relación entre la experiencia pascual y la necesidad de dar testimonio de ella. ¿Nuestra fe nos impulsa a ser testigos del Señor en medio de este mundo? Es importante que abramos, los ojos de la fe para reconocer la presencia activa de Cristo Resucitado, que arranca nuestros miedos y nos convierte en testigos de su esperanza.
Recuerda que los apóstoles luego de encontrarse con Jesús iniciaron con ilusión y alegría la tarea de proclamar a los cuatro vientos la Buena Noticia de Jesús. Hoy nos toca a nosotros continuar ese proceso de anuncio y evangelización. Pero para poder hacerlo de manera creíble y esperanzada, antes hay que vivir una experiencia de encuentro gozoso con Jesús Resucitado, que haga posible superar las dudas y los miedos que tantas veces nos paralizan. Pregúntate: ¿qué te impide avanzar?
Reconocer al Resucitado en nuestras vidas no siempre es tan fácil ni inmediato. A veces necesitamos de un largo camino, en el que vamos captando poco a poco los signos de esta su presencia entre nosotros. Este encuentro conlleva una misión: dar testimonio de Él y de su proyecto reconciliador ante todas las personas. ¿Dónde y cómo reconoces los signos de la presencia del Resucitado en tu vida y en los acontecimientos de cada día?
Descubrir que el Señor está en medio de nosotros y nos comunica su paz nos libera de nuestros fantasmas y de nuestros miedos. Pídele hoy confiadamente al Señor, que te ayude, consciente de que su Espíritu nos fortalece para dar testimonio.
Y ten presente que en la Eucaristía, puedes reconocer y adorar al Resucitado. En ella, el discípulo encuentra la fuerza para su labor misionera.
Finalmente, te invito a que conviertas tus temores en opción por llevar la presencia del Resucitado a quienes no conocen el poder de su Resurrección y su paz. Y ten presente, como decía Madre Teresa de Calcuta que: “La paz comienza con una sonrisa”. En esta semana, comparte con las personas que están a tu alrededor, el don de la paz que has recibido del Resucitado.