A 18 días de cumplirse 101 años del sismo de 1918 conocido como San Fermín, la noche del pasado 23 de septiembre Puerto Rico se estremeció con un sismo de magnitud 6.0 ocurrido en la falla del Cañón de la Mona. Registrándose, como consecuencia, más de 200 réplicas en los días subsiguientes.

Debido a que la isla ubica en una zona sísmicamente activa, amerita prepararse para reaccionar en el momento menos esperado ante estos eventos. Sobre las réplicas de los pasados días, el Dr. Víctor Huérfano, director interino de la Red Sísmica de Puerto Rico, admitió que luego de cada temblor, lo normal es que siempre las haya, pues después de un evento fuerte, la tierra empieza a regresar a su posición de equilibrio y siempre habrá temblores menores al evento principal.

Respecto a la duración del temblor, dijo que lo normal es que suceda por espacio de unos segundos. En caso de llegar al minuto el panorama se torna peligroso. También, advirtió que si la isla reviviera un temblor de igual magnitud al de 1918, los efectos serían bastantes severos. Aunque todo dependerá principalmente de la preparación y respuesta de la población.
Por lo que aseguró que es esencial planificar, implementar y ejecutar.

Destacó que si bien un temblor no mata a nadie, lo que sí causa daño son los colapsos de estructuras. Por ende tampoco existen desastres naturales, sino fenómenos naturales que se pueden convertir en un desastre, cuando afectan a una población vulnerable ante la falta de un plan de emergencia y mitigación e infraestructuras débiles.

Mientras tanto, cuestionó: “¿En sus casas están preparados para un temblor? ¿Saben hacia dónde van a ir si están en la zona de tsunami? ¿Tienen su plan de emergencia, su plan de comunicaciones, su bulto preparado?”.

El experto surayó que es meritorio que una vez ocurra el temblor, se debe reaccionar inmediatamente ya que en caso de una emergencia real la Internet no funcionará. De igual modo, aclaró que: “Los únicos que pueden dar la orden de desalojo son las Autoridades de Manejo de Emergencias”.

Agregó que: “La tecnología nos puede fallar pero la educación no. Primero tienes que planificar, tener un plan familiar de emergencia. Hay que preparar a nuestros seres queridos sobre cómo reaccionar y qué hacer. Si vive en una casa sobre columnas que no están debidamente reforzadas, lo ideal es que salga de su casa. Hay que tener todos los documentos importantes guardados y accesibles, y hacer un chequeo de qué puede ser peligroso, qué puede caer encima. Sobre todo aplicar el agáchate, cúbrete y sujétate”.

También recalcó que la mochila de emergencia tiene que ser portátil, de modo que su peso no limite la movilización de quien la cargue. Por eso orientó a colocar solamente artículos de primera necesidad como un botiquín de primeros auxilios, agua y alimentos no perecederos, radio, linterna y baterías, artículos de higiene personal, documentos importantes, entre otros.

En cuanto a los avisos de tsunami explicó que dicha alerta significa “peligro corran a tierras altas”. Por lo que “solo tome su mochila, busque a sus seres queridos y desaloje”. En estos casos se recomienda que no permanezca en zonas costeras bajas, alejarse de la orilla de la playa antes de que sea demasiado tarde, mantenerse fuera de zonas inundables, no regresar al puerto si está en una embarcación y sobre todo conocer las áreas y rutas de desalojo de su municipio.

Las alertas de tsunami se emiten como consecuencia de un temblor de magnitud 7.1 y con 100 kilómetros o menos de profundidad. “En unos 10 minutos se puede reforzar o se puede cancelar el aviso de tsunami. ¿Cuánto tiempo tomará regresar a la casa? Dependerá de lo ocurrido”, manifestó. ■

Nilmarie Goyco Suárez
Twitter: @NilmarieGoycoEV
n.goyco@elvisitantepr.com

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