La familia agustiniana celebra la fiesta de nuestro santo patrón el 28 de agosto. Precisamente ese mismo día en el pueblo de Villasimpliz, Provincia de León, España nació el niño José Luis Díez Gabela en 1947. Trajo la alegría a sus padres don Valentín Díez y doña Ofelia Gabela. Como buena familia cristiana llevaron al niño a la parroquia San Martín en León para que recibiera las aguas bautismales.
En el año 1953 comenzó sus primeros grados primarios en la Escuela Nacional de Santa Lucía. Cumplidos los 12 años continuó estudios como aspirante, esta vez en Mayorga de Campos (Valladolid) en nuestra casa de formación. Con su temprana edad pensó en ser agustino. Continuó su formación en Guernica (Vizcaya). En 1963 estudió filosofía en Boñar (León) hasta 1966. En ese año comenzó en Calahorra (La Rioja) ese tiempo tan especial que es el noviciado para experimentar la espiritualidad agustiniana y al concluir ese año y un día emitió sus primeros votos, la Profesión Simple el día de Santa Mónica: 27 de agosto en tan ilustre ciudad.
Así inició el estudio de la Teología en 1967 en el Estudio Teológico Agustiniano en la Ciudad de Valladolid. En la Fiesta de Santo Tomás de Villanueva, patrono de la Provincia de Castilla, profesó los Votos Solemnes en León-Armunia el 4 de octubre de 1970. Obtuvo el título de bachiller en Teología de la Universidad Pontificia de Comillas en el 1971.
En 1971 en Valladolid, Mons. Félix Romero y Mons. Goldáraz le dieron las Órdenes Menores. Luego en Zaragoza el 5 de abril de 1972, Mons. Ángel Rodríguez Gamoneda le ordenó Diácono. Se ordenó presbítero el 21 de mayo de 1972 en León, Armunia.
Después de emitir sus votos de pobreza, obediencia y castidad para toda la vida, con toda su ilusión, ese joven fue destinado al Colegio Buen Consejo en León desde 1971 hasta 1974. Con esa experiencia los Superiores le pidieron que cruzara el charco para venir a América, la que solo conocía por libros. ¿A dónde lo asignaron los Superiores de las Antillas? ¿Por dónde fue que comenzó su apostolado en América? Por Aguada fue. Del 1974 al 1978 le asignaron actividades pastorales en la parroquia San Francisco de Asís. Con esa experiencia y mostrando gran interés en su apostolado fue enviado a Medellín, Colombia a realizar estudios y participar de un curso de pastoral del CELAM.
Retomó su apostolado del 1980 al 1981 como Coadjutor en esta Parroquia que tanto amó. De 1981 al 1989 fue nombrado Párroco de San Francisco de Asís. Cayó bajo su espalda, junto a los hermanos de comunidad, la atención de esta Iglesia. Con su gran capacidad organizativa tenía toda la pastoral corriendo, engrasada por la fuerza del Espíritu Santo. Como los dones hay que compartirlos, los Superiores le pidieron que fuera a la Ciudad de Las Lomas como Párroco de Santa Rosa de Lima y como Prior de la Comunidad. Cuando más contentos estaban los fieles de Santa Rosa, el voto de obediencia lo arrancó de su labor y una vez más lo devolvió como Prior de la Comunidad religiosa y Párroco de San Francisco de Asís del 1989 al 1997. Como nuestras leyes no permiten ser Superior de una Comunidad por más de 8 años, no pudo seguir con dicho cargo, pero eso no afectó que en la labor pastoral continuara como Párroco desarrollando las actividades pastorales. Al transcurrir un gobierno de 4 años, volvió a ser el responsable de la comunidad religiosa y continuó siendo Párroco.
A través de todo este tiempo de servicio a la Iglesia en el área oeste desempeñó otras funciones. Fue miembro de la Comisión de Formación, que vela por los jóvenes que desean ser agustinos. A nivel diocesano fue Decano de Aguadilla, y recientemente nuestro Pastor le solicitó que volviera a servir en la coordinación de las Parroquias que conformamos este Decanato. En el 2010 fue Consultor diocesano, pero qué decir si a él se le debe el Centro de Espiritualidad. Una obra de todo el pueblo y se dejó ayudar por un Comité del que mantuvo la batuta. Fue un vigía de la evangelización y catequesis, pero sobre todo fue una persona cercana.
En el 2013, dejó de ser Prior de la Comunidad, pero continuó como Vicario Cooperador junto a los hermanos que servimos aquí.
Fue a morar con el Señor, naciendo para la vida eterna el 19 de diciembre de 2016. Su vida fue un testimonio de entrega y donación. Con ideas claras, solo las cambiaba si le presentaban argumentos sólidos. Como Pastor obró según su conciencia. ¿Se equivocó alguna vez? Probablemente muchas, pero no porque otros le indicaran lo contrario, pues siguió siempre su razonamiento y no podía ir en contra de ellos.
Durante todo el día se mostró contento y animado. Desarrolló su labor como de costumbre y se retiró a su habitación. Faltando unos minutos para las 8:00 de la noche fue a la habitación del Prior para indicarle que se sentía mal por lo que el P. Isaías Revilla, OSA después de comunicarse con el Dr. Alberto Ramos lo llevó de inmediato al hospital, pero antes de las 8:30 p. m. exhaló su último aliento.
Aguada llora a un hijo, sin tal título, en donde el Honorable Alcalde decretó 3 días de luto. El hueco que queda debe ser llenado por un hijo que haya nacido en estas tierras. La ausencia de este hermano nuestro es una invitación para los jóvenes para seguir sus pasos como Agustino. Nuestro hermano recibe ahora el premio por su mucho amor de manos del Buen Pastor. A los 49 años de vida religiosa en la familia agustiniana y 69 de edad celebró su Pascua. Descanse en paz.