(Primero de dos artículos)
Ha llamado mucho la atención la película Los dos Papas al punto que logró unas cuantas nominaciones a los óscares. Algunos de mis feligreses la han visto y me comentaron que les gustó. Tanto estuvieron, que yo también fui a verla y, en mi opinión fue una buena película en cuanto a narración y actuaciones, pero también fue una calumnia muy grande para los dos Papas, en especial para el Papa Benedicto XVI.
Para mí fue una muy buena oportunidad que fue desperdiciada por el director de ésta si hubiese hecho una mejor investigación sobre estos dos grandes pontífices. Mi ánimo en este artículo es analizar lo bueno y lo malo de la película, desde la perspectiva de los personajes de los Papas Benedicto XVI y Francisco. Hoy me quiero concentrar en la persona del Papa Benedicto XVI.
Desde que fue elegido Papa, Benedicto XVI ha tenido muy mala prensa y le achacan cosas que no son ciertas. A veces, cuando veo las críticas, pienso que le quieren echar la culpa de que haya curas pedófilos, cosa que es falsa. Además, desde que comenzó su pontificado, Benedicto XVI combatió este mal. NO solamente despachó a Obispos encubridores (en una semana destituyó a cuatro solamente en Irlanda), sino que fue el primero en confeccionar un protocolo para bregar con los sacerdotes pedófilos, y sí, fue él quien comenzó con tolerancia cero.
En la película lo presentan como un trepador, ávido del papado, y esa es la primera calumnia. La realidad es que muchas veces le pidió a San Juan Pablo II que aceptara su renuncia como Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe y el Papa no se la aceptó, puesto que Juan Pablo II tenía una gran confianza en su Cardenal Ratzinger. Como Decano del Colegio Cardenalicio (especie de Cardenal Cabeza del Colegio en virtud de sus años como cardenal) le tocó la misa funeral de Juan Pablo II y la misa al Espíritu Santo “Pro Eligendo Pontifice”. Me acuerdo que en la homilía de esa misa habló sobre “la dictadura del relativismo” y fue tan directo, que yo mismo pensé que “este no quiere ser Papa y está espantando a los Cardenales para que no voten por él”. Pero votaron por él.
Otra de las imprecisiones de la película es la de presentarlo como un Papa intransigente y ultraconservador, cerrado al cambio e insensible. ¿Cómo puede ser intransigente un Pontífice que sus primeras encíclicas fueron dedicadas al Dios del Amor- “Deus est Charitas”? ¿Cómo no puede tener una profunda relación con Cristo un hombre que escribió tres libros sobre Jesús de Nazaret: ¿Su infancia, su ministerio y su pasión? Fue este Papa “intransigente” quien consiguió una alternativa para que los anglicanos-episcopales que quisieran ingresar a la Iglesia Católica lo hicieran, conservando sus tradiciones. Los medios ponen al Papa Ratzinger como opositor del Papa Francisco. Recientemente el Cardenal Sarah, Prefecto de la Congregación de la Liturgia y Sacramentos, publicó un libro, con la colaboración del Papa Benedicto XVI, defendiendo el celibato sacerdotal. Los medios rápido pusieron al Papa emérito como opositor del Papa Francisco. Una pregunta: ¿cuándo el Papa Francisco ha dicho que va abolir el celibato sacerdotal?
Pero la injusticia más grande hecha al Papa Benedicto XVI fue el de encubridor de los desmanes del sacerdote Marcial Maciel. El mexicano Maciel fue el fundador de los Legionarios de Cristo, una congregación mejicana caracterizada por su fidelidad al Magisterio y por las instituciones alrededor del mundo. El padre Maciel era un gran contribuidor del Juan Pablo II y el Papa le tenía una alta estima. Cuando al final del pontificado del Papa Wojtyla surgieron las acusaciones de que Maciel no solamente tenía hijos regados, sino que también había abusado de seminaristas y sacerdotes jóvenes de su Congregación, San Juan Pablo II no lo podía creer. El Cardenal Ratzinger elevó su voz contra Maciel e incluso, en un famoso Vía Crucis que confeccionó para un Viernes Santo, el Cardenal Ratzinger habló de que “el humo de Satanás se ha colado en la Iglesia”, pero no le hicieron caso. En el mismísimo momento en que fue elegido Papa, Benedicto XVI no solo expulsó del sacerdocio a Maciel y lo puso en penitencia vitalicia, sino que borró la memoria de Maciel (en un proceso llamado “Damnatio Memoriae”. Fue una calumnia decir que Benedicto XVI amapuchó a Maciel. Mejor hubiera hecho la película en explorar el pasado nazi del Papa (que de hecho solo tenía 16 años), de la misma manera que hicieron con el Papa Francisco en cuanto a la Guerra Sucia de Argentina.
NO todo es malo en la película. Al final presentaron a Benedicto como a un hombre que busca la voluntad de Dios, que estaba dispuesto al cambio por el bien de la Iglesia, que reconoció la grandeza del Cardenal Bergoglio y que tuvo la humildad de retirarse por el bien de la Iglesia. Pero recordemos, estas reuniones de estos dos hombres son mera ficción. En la próxima hablaré del Papa Francisco.■
P. Rafael Méndez Hernández, PDh.
Para El Visitante