(Primero de dos artículos)

Este próximo 21 de septiembre se llevará a cabo la acostumbrada limpieza de playas alrededor de toda la isla. Sin embargo, más allá de la remoción de los desperdicios sólidos en las costas, un factor importante es la educación y concienciación de que la basura está afectando grandemente los cuerpos de agua y por consiguiente el ecosistema marino al igual que la salud en general.

De acuerdo con el Dr. Edwin A. Hernández Delgado, catedrático auxiliar en el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, que casi todos los municipios de la costa de Puerto Rico y varios del interior, como Aibonito, tengan actividades relacionadas con la limpieza de costas y cuerpos de agua, es un “llamado de conciencia de que tenemos que hacer algo para modificar nuestros patrones de consumo”.

“A fin de cuentas, eso responde a que consumimos muchos productos que tal vez son de un solo uso, como los vasos plásticos, sorbetos, foam que en Puerto Rico no se recicla. Tenemos que modificar esa forma de llevar a cabo nuestras actividades cotidianas para reducir la generación de ese tipo de desperdicio, que genera un problema grave cuando llega a las costas”, detalló.

Sobre los desperdicios más comunes hallados en las orillas de las playas, aseveró que a su juicio varían según el lugar. Por ejemplo, muchos desperdicios que se tiran en terrenos cerca de la montaña o ríos, eventualmente van a parar a cuerpos de agua interiores y después llegan a la playa.

“En ese caso pueden ser botellas plásticas, envases de aceite, gomas de carros y uno se sorprendería de ver hasta neveras, o sea toda clase de desperdicios literalmente en lugares adyacentes a esas desembocaduras. Esto, sin contar que cosas como las colillas de cigarrillo, que es un material que no se degrada fácilmente, es uno de los componentes más abundantes que vamos a estar recogiendo cada vez que vamos a hacer limpieza de playa”, dijo.

Señaló que en áreas adyacentes a zonas urbanas con solo limpiar un tramo de 100 a 200 metros se obtienen “fácilmente de 50 a 60 bolsas de las grandes de desperdicios y estamos hablando de varias toneladas. Posiblemente regresamos exactamente un mes después y volvemos a sacar la misma cantidad”.

También subrayó que, en sitios distantes como Culebra, el desperdicio, mayormente plástico, llega arrastrado por el océano. Lo mismo ocurre en la Isla de Mona donde la actividad humana es mínima.

Precisamente, el plástico se ha vuelto una de las principales amenazas a nivel mundial. En la medida que se expone a la rigurosidad ambiental del sol, de los efectos del oleaje cuando está en la costa, a la abrasión con la arena y las rocas, parte de este se degrada a pedazos más pequeños llamados microplásticos. Es decir, particulado que puede ser del tamaño de granitos de arena. Según dijo, se estima que hay unas 250 mil toneladas de desperdicios microscópicos flotando en los océanos.

Como consecuencia los organismos marinos lo ingieren, resultando en mortandades frecuentes de animales, incluidos: ballenas, delfines, peces, pájaros, y tortugas. Esto debido a que confunden al plástico con otro material del que se alimentan.

Recientemente se descubrió que los corales, las larvas de muchos invertebrados, de peces en su tamaño juvenil y adulto también lo están ingiriendo. Debido a los efectos de los tóxicos asociados con el plástico se están enfermando, se afecta su fisiología y su ciclo de reproducción. No obstante, la crisis va más allá, pues se encontró que organismos que viven a 5 mil y 6 mil metros de profundidad también se están contaminando al ingerirlo.

“Vemos la magnitud global de esta situación. Son usos humanos lo que están causando ese tipo de problema”, puntualizó el ecólogo marino.

Además, entre los últimos 8 a 10 años, las costas del Caribe incluyendo a Puerto Rico han recibido grandes cantidades de sargazo (algas flotantes). Si bien pudiera parecer un efecto natural, su productividad en el Atlántico al este del Caribe ha aumentado de forma notable y continúa llegando. Este trae enredados pedazos de plástico, convirtiéndose en una especie de trampa de estos desperdicios, duplicando el problema. ■

(En la segunda parte de este artículo, se discutirán las consecuencias de no tomar acción con la limpieza y cuidado de los cuerpos de agua, así como las contribuciones a nivel individual).

Nilmarie Goyco Suárez
Twitter: @NilmarieGoycoEV
n.goyco@elvisitantepr.com

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