Alguna vez te has preguntado ¿Por qué hay tantos hombres y mujeres que siguen a Jesús? Se me ocurre pensar que es porque sienten que Jesús los conoce de verdad, los acoge y no los juzga. Por eso están dispuestos a seguirle sin complicarse mucho su vida… Ellos y ellas están convencidos de que Jesús es el único que les puede dar “vida eterna”.

Y ¿qué es sentirse acogido? Leyendo algunos escritos de algunos pensadores modernos encontré el de un fraile dominico de Tenerife, Fray Alexis González de León que, entre otras cosas, decía: “Hay algunos pensadores modernos que nos pueden ayudar a entender lo que es una auténtica acogida, porque nos volvemos sabios cuando sabemos que el amor es la respuesta a todas las preguntas”.

Y ahí surge la gratitud y tu mente se convierte en el mejor lugar para pasar el tiempo. “La gratitud nos abre a la plenitud de la vida. Convierte lo que tenemos en suficiente y más. Convierte la negación en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad… Transforma los problemas en dones, los fracasos en éxitos, lo inesperado en lo que llega en el momento perfecto y los errores en acontecimientos importantes. La gratitud da sentido a nuestro pasado, nos da paz en el presente y crea una visión del mañana” (Melodie BEATTIE). Y esto es lo que ofrece Jesús.

“La gratitud con amor, es una escucha esperanzada, y una actitud de acogida mutua, en la que el respeto hace posible el convivir atrayente de la verdad que contemplamos, y predicamos”.

También “es importante que, en este proceso, entendamos que el trabajo es amor hecho visible. Y si no puedes trabajar con amor sino solo con disgusto, es mejor que abandones el trabajo y te sientes a la puerta del templo a recibir la limosna de quienes trabajan con alegría” (Khalil Gibran).

Porque, en la aventura de la vida “Lo único que vemos de una persona en cualquier momento es una instantánea de su vida, ya sea de su riqueza o pobreza, felicidad o desesperación. Las instantáneas no muestran el millón de decisiones que la condujeron a ese momento (RICHARD BACH).

Por eso, “Si juzgas a las personas, no tienes tiempo para amarlas” (Madre Teresa).

“Y cuando mires atrás, te darás cuenta de que: cuando realmente has vivido, ha sido en aquellos momentos en que has hecho cosas con el espíritu del amor (Henry Drummond)”.

Por eso, quien descubre a Jesús como su Pastor, no teme, no lo abandona, se siente acogido, amado y perdonado… y además hace lo mismo ¿Te animas?

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