“Una de las cosas que aprendí es que al paciente de Alzheimer no se le puede llevar la contraria”, esa es una de las muchas lecciones que asimiló Tony Salgado en su faceta como cuidador de un paciente de Alzheimer, cuando le diagnosticaron la enfermedad a su esposa.
Aclaró que si bien es cierto que hasta que la persona muere y se le hace una autopsia no se puede saber con certeza si tiene la condición.

Admitió que con la tecnología y los estudios que existen hoy día un neurólogo puede determinar con un 95 % posiblemente de certeza que se tiene la enfermedad.

Sobre su rol como cuidador de un paciente, en su caso su esposa luego de 40 años de matrimonio, admitió que le diagnosticaron la enfermedad oficialmente en 1995, pero ella la tenía mucho tiempo antes. “Su comportamiento era un indicio de ello, porque de lo que conozco hoy día, puedo asegurar que tuvo la condición como 6 o 7 años antes del diagnóstico.

Al principio es bien complejo y abrumador. Se me hizo bien difícil porque no entendía lo que le está pasando”, manifestó.

A su vez indicó que es importante reconocer que según los médicos una persona que es propensa a la condición de Alzheimer, el deterioro neurodegenerativo comienza por lo menos 25 años antes que la enfermedad se manifieste. Por lo general, después de los 60 o 65 años.

Aunque en años recientes se han reportado casos de esta afección en pacientes más jóvenes.

El también Director ejecutivo de la Asociación de Alzheimer de Puerto Rico, observó que una de las primeras señales que notó y lo alertaron de que algo no estaba bien con su esposa, fueron unos celos infundados. Al punto que “me celaba de mi hija y mi nieta mientras hablaba con ellas por teléfono. Decía que yo estaba hablando con mi chilla y cuando le decía que tomara el teléfono para que confirmara que no era así, me decía: ‘Yo no tengo nada que hablar con esa c#%$#%’, usaba palabras malas y ella nunca hablaba así antes. Además, me decía epítetos despectivos”.

Tony narró que luego de instruirse supo que los pacientes de Alzheimer tienen unas confusiones en su cerebro que para ellos todo lo que hacen es real. “Por ejemplo: Los pacientes sufrir de alucinaciones, pueden ver su imagen en el cristal de una ventana y piensan que alguien los está asechando. Si se ven en el espejo y no se conocen, piensan que alguien se metió en la casa y lo están vigilando. Esas situaciones sí existen y son partes de la condición”, señaló.

“Ella me acusaba de esconderle sus prendas y dinero. Ellos guardan las cosas con tanta seguridad para que no se las cojan que después no recuerdan dónde las pusieron y acusan a los demás de que les robaron”, detalló. Añadió que: “Cuando me ponía a ayudarla a encontrarlas me acusaba de que estaba ayudándola porque yo sabía dónde estaban. Incluso me acusaba de usar su desodorante y aunque le explicaba que a mí no me gustaba ese olor, siempre lo decía. Después que ella murió, recogiendo sus cosas encontré más de 25 frascos de desodorante entre sus cosas, guardados en zapatos, carteras y medias”.

Tony confirmó que el Alzheimer comienza con cambios de memoria que dificulta la vida cotidiana. “Ella tenía dificultad para balancear la chequera. Varias veces pagó la hipoteca o el carro más de una vez. Me daba cuenta cuando rebotaban los cheques por falta de fondos. No fue fácil quitársela. Ella pensaba que la acusaba de ser ineficiente, y en realidad lo era, pero no estaba actuando de forma consciente”, detalló.

Al preguntarle si en algún momento su esposa olvidó quién era él, admitió que “yo fui su segundo esposo y en un momento dado me empezó a llamar por el nombre del primero. Esto me incomodó, pero después me di cuenta que todo era por su condición, lo acepté e incluso le contestaba”.

Por último, Tony sentenció que, en las condiciones de demencia, lo último que olvida el paciente es el afecto. Por lo que sugirió a los cuidadores tratarlos bien sin olvidar que ellos olvidan lo que pasó hace un instante, pero recuerdan lo que ocurrió en su infancia. Al tiempo, recomendó unirse a un grupo de apoyo para ayudarlo en el proceso.

Para comunicarse con la Asociación de Alzheimer puede llamar al 787-727-4151 o enviar un correo electrónico a: asociacionalzheimerpr@gmail.com

Camille Rodríguez Báez
Twitter: @CamilleRodz_EV
c.rodriguez@elvisitantepr.com

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