Se abre un escenario de grandes eventos y de mucha controversia que será un oportunidad para desafiar el aislamiento y la indiferencia y hacer causa común con Puerto Rico. Atrás queda la época festiva, la alegría inocente y el dar como amplitud del corazón. La realidad vital convoca a aglomerar las mejores ideas para que Puerto Rico plantee su verdad y proyectar rutas de sana convivencia y una elegante forma de dominar la tierra con devoción y lealtad a los valores e ideales.
Cada puertorriqueño está llamado a hacer un análisis de su forma de vivir, de sus anhelos y propósitos. No se pasa por esta vida en calidad de observador sin causa, o de náufrago de pequeñeces y veleidades, sino como entusiasta viajero que se echa a al mar para conquistar horizontes. Aunque esta tierra no es un éxtasis duradero, es propio dejar un legado, abrir cauce a la belleza, establecer las colindancias que nos unen al palpitar del vasto mundo.
Estamos bordeando los precipicios que se asoman como infranqueables, con retos que requieren de mente y corazón para no desfallecer a la vera del camino. Todo está en las manos de Dios, todo está en nuestro sí a lo justo y misericordioso. No es a través de discursos empalagosos, ni de una publicidad ilusionista que habrá verdad y paz en nuestras costas. Todo sofisma o cliché sacado de proporción debe ser puesto en cuarentena, olvido.
Es buena ocasión para retornar al intercambio servicial, al trueque de ideas y propósitos. Las nuevas perspectivas universales y la sensibilidad que redondea la vida, deben ser armas para luchar contra la injusticia, el hambre, la guerra. El enjambre bélico no puede ser alborotado por el poderío económico que es siempre una amenaza y mollero para los que sufren el maltrato y la crueldad.
Son tiempos de dejar a un lado las locuras pueriles para dar paso a la superación y a la convivencia. Los que intenten sacar provecho a través del descrédito y la corrupción darán con la cabeza en la laja, se enredarán en sus propias cadenas. La lucidez del pensamiento y la paz del corazón son vías de acceso para lograr intuir el mañana y así abrir trechos hacia la solvencia moral y espiritual.
El proyecto personal y patriótico es de todos. Dios va con nosotros en esta empresa de tiempo y espacio. Fieles a la verdad, custodiando la dignidad de seres humanos, se emprende la marcha en el 2016, trazando rutas, abriendo caminos.