Aguada es uno de esos pueblos pintorescos y llenos de encantos que enamoran por su cultura, gente hospitalaria, fe e historia. Uno de los edificios más emblemáticos del pueblo es su Templo Parroquial.
La historia de la parroquia se remonta a los inicios de la colonización española, cuando los frailes franciscanos llegaron a la histórica Ermita de Espinar hacia 1516.
Para 1545, en el centro urbano se establece una nueva Ermita, dedicada a Santa María del Rosario que fue la predecesora del primer Templo dedicado a San Francisco de Asís.
Desde 1590 existe el Templo Parroquial y a inicios del siglo 19 se convierte en la Vicaría del Noroeste y madre fundadora de las parroquias de Añasco, Isabela, San Sebastián, Moca, Rincón y Aguadilla.
En 1918 un fuerte terremoto destruyó el antiguo Templo español. Se derrumbaron las paredes, pero no la fe de un pueblo que su mirada estaba en el Señor y en tierra doblaban sus rodillas en oración. Oración escuchada y contestada con la llegada de los Padres Agustinos, quienes llegaron con la misión de iniciar la reconstrucción del Templo, siendo inaugurado el en 1936.
El actual Templo ha tenido en su historia tres grandes restauraciones. La primera en la década de 1960, la segunda en 1990 y la actual restauración que aún continúa en proceso.
Luego de varios años cerrada por restauración, el 29 de julio de 2022 abrió sus puertas y las campanas comenzaron a sonar, llamando e invitando a sus hijos para que regresaran a casa. Un pueblo fervoroso fue partícipe de una doble celebración: nuestro Templo nos acoge para celebrar la Santa Misa y se instala como párroco a un hijo aguadeño que para el 2017 comenzó el proceso de recaudar fondos para la reconstrucción del Templo Parroquial.
Esta apertura se llevó a cabo en un momento histórico muy significativo, pues el Obispo de la Diócesis de Mayagüez, Monseñor Ángel Luis Ríos, primer Obispo aguadeño, reinstala como párroco de la parroquia San Francisco de Asís a Fray Carlos Cordero, primer párroco netamente puertorriqueño y aguadeño.
Fray Carlos es hijo del barrio Atalaya de Aguada. Desde muy pequeño sintió en su corazón el llamado de Dios a servir en la instauración de su Reino. El 4 de septiembre de 1999 fue ordenado sacerdote. Luego de servir en varias Parroquias de Puerto Rico y la República Dominicana en el 2013 fue escogido para servir como Párroco en Aguada, siendo el primer hijo de este pueblo y puertorriqueño en ocupar este cargo desde la fundación de la parroquia hace más de 300 años.
En aquel momento, y con mucho entusiasmo y dedicación, Fray Carlos comenzó los trabajos para recaudar los fondos para la restauración del Templo en vísperas de los 100 años de colocación de la primera piedra del actual Templo y la llegada de los primeros agustinos a suelo aguadeño.
El huracán María, los terremotos y la pandemia retrasaron los trabajos de restauración, pero no quebrantaron la fe de un pueblo católico que está cimentada sobre la roca, que es Cristo.
Dios volvió a traer a su casa a nuestro compueblano para que culmine la encomienda que inició. Bienvenido Padre Fray Carlos Cordero, puede contar con un pueblo fervoroso en esta misión de evangelizar y también con nuestras oraciones.
Christian N. Acevedo Cabán
Para El Visitante