El Movimiento Jesús Misericordioso Diocesano tuvo su tarde de meditación en Pascua el domingo, 22 de abril en la parroquia La Milagrosa de Aguadilla. Su director espiritual, Monseñor Ramón E. Albino Guzmán, quien es misionero de la Misericordia, ofreció la meditación junto a los pies del Maestro. Disertó sobre la experiencia de su visita a Roma, invitado por el Santo Padre durante la Novena y Fiesta de la Divina Misericordia. Compartió con los devotos y fieles presentes de los pueblos del noroeste de la Isla. A los acordes del Coro de niños y jóvenes de la Divina Misericordia del pueblo de Moca comenzó la reflexión seguido de la exposición del Santísimo Sacramento.

Mons Albino invitó en primer lugar a estar a los pies del Maestro y escoger la mejor parte como lo hizo María, la hermana de Lázaro. Es ir a sus pies para recibir sus promesas, para buscar la paz y confianza, la seguridad y la fortaleza en la llegada de momentos difíciles y de prueba. Junto a Jesús con humildad y un corazón contrito y humillado lograrn venerlos, vencerán al enemigo, porque la victoria fue obtenida en la Cruz por Cristo. Continuó enseñando que con amor, misericordia, compasión y esperanza el Maestro se dona a cada uno.

Igualmente, el Director Espiritual del Movimiento habló sobre la conferencia en la Sala del Palacio Apostólico en Roma junto a los misioneros de la misericordia del mundo. Allí el Cardenal Rhino, encargado de los misioneros y de la Basílica de San Juan de Letrán les comunicó en lo siguiente: “No impidan a la misericordia de Dios cumplir su encomienda de derramar su perdón sobre todos los hombres porque Dios quiere salvarnos. Así como Jesús encomendó a sus apóstoles antes de su Ascensión, así nos encomienda a nosotros; vayan por todos los pueblos y háganlos discípulos y bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. El Cardenal Rhino, aclaró que “la bendición de Cristo es una unción especial, que nos mueve para hacer llegar la misericordia al prójimo como profecía permanente en la Iglesia. Es ser profeta de la misericordia y anunciar el amor de Dios a todos los hombres. Nos mueve a participar de la Eucaristía, vivirla porque Cristo se da a nosotros en el altar. Esa bendición nos llevará a mirar al prójimo con compasión y misericordia, la cercanía de alimentarnos en el Banquete para llevar el mensaje salvífico al prójimo. Es mirar a mi prójimo con compasión y misericordia; sin condenar, señalar ni excluir”.

A las 3:00 de la tarde se rezó y cantó la Coronilla a la Divina Misericordia junto a los pies del Maestro. Al concluir la misma, Monseñor Albino continuó compartiendo su testimonio. Detalló que durante la audiencia que tuvo el Papa Francisco con los misioneros, los exhortó: “Para vivir la misericordia tenemos que hacer un buen examen de conciencia, un dolor verdadero de corazón con arrepentimiento genuino y eficaz. Como nos enseña el profeta Isaías 49, 13-16: ‘Cielos, griten de alegría, tierra alégrate, cerros salten y canten con gozó…'”. Instó a gritar con alegría y gozarse de la presencia de Jesús Sacramentado y llevarlo al prójimo con misericordia. Es decir en todo momento: “Jesús, en Ti confío porque eterna es Su Misericordia”. Al mismo tiempo, su Pastor los instruyó y recordó que “el Señor nos miró primero, nos eligió. Por eso nos cuida y protege, nos carga y perdona, no rechaza al pecador (rechaza el pecado) y nos envía a consolar al pecador, nuestro prójimo llevando la misericordia de Dios. Añade que es nuestro Padre quien nos dice: “Yo nunca me olvidaré de Tí”; y en palabras del profeta Isaías 49: “Mira cómo te tengo grabado en la palma de mi mano”. Esto no es una herencia que nos dejan nuestros padres, es el Testamento firmado con la Sangre del Cordero”. Continuó diciendo: “Dios te mira con compasión, y te da su amor y su paz. Es la mirada de Él hacia nosotros, así como en la parábola del hijo pródigo, donde el padre a lo lejos ve a su hijo y sale de inmediato a su encuentro. Él sale a tu encuentro porque te ama con tus defectos y virtudes, Él quiere lo mejor para tu vida, te perdona para que tengas vida en abundancia, vida eterna”.

Al concluir la tarde de meditación, Mons. Ramón Albino les pidió: “Hombres y mujeres salgan a llevar la misericordia de Dios al mundo entero. Sean instrumentos de misericordia para construir y edificar; para trabajar para la gloria de Dios. Siervo indigno somos, mas hemos hecho lo que teníamos que hacer. ¡El premio y recompensa es la Vida Eterna! Pidan a Santa María Faustina su intercesión para ser misioneros de la misericordia en medio del mundo actual y manténganse firmes en su caminar y peregrinar”. Luego de la bendición final, se reservó a Jesús y se bendijo al pueblo de Dios con la reliquia de santa Faustina. El Coro de niños y jóvenes entonaron varias canciones incluyendo el himno de la Misión Continental.

(Ivette Irizarry Torré)

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