El domingo, 29 de enero tuvo lugar la trigésima novena colación de grados del Instituto Diocesano de Pastoral (IDIPA) de la Diócesis de Mayagüez. Un total de 47 fieles de las 30 parroquias que forman la diócesis mayagüezana recibieron su certificado de graduación.
Este año, la fecha acostumbrada tuvo que ser pospuesta, por los eventos acontecidos las pasadas semanas. Los temblores que han tenido el epicentro en el suroeste y se han sentido en gran parte de la diócesis, motivó a los organizadores a retrasar la fecha por precaución.
Los actos dieron comienzo con la celebración de la Eucaristía, presidida por el Obispo Álvaro Corrada Del Rio, S.J. y concelebrada por P. Rogelio Mur O. Carm., director del Instituto. Mons. Álvaro dirigió una homilía motivadora para que estos fieles graduados sean partícipes activos en la misión evangelizadora.
Los graduados tuvieron un mensaje igualmente inspirador de quien fue la presidenta de la clase, Elizabeth Rodríguez, quien les animó a seguir el llamado del Santo Padre a implicarse en la misión de la Iglesia. La clase graduada decidió dedicar sus actos de graduación a uno de los profesores del Instituto, P. Tomas Ciscar O. Carm.
El Instituto diocesano de Pastoral tuvo origen en los comienzos de la diócesis. El celo pastoral del Obispo fundador, Mons. Ulises A. Casiano Vargas, de feliz memoria, le llevó a organizar e iniciar en los comienzos de la diócesis este camino formativo para que los fieles adquiriesen mayor conocimiento y profundidad de su fe católica.
Por su parte, el Obispo actual, igualmente apostó con dedicación y motivación por la continuidad del Instituto como medio para trenzar el esfuerzo evangelizador en las comunidades parroquiales. Se agradeció a ambos pastores por su dedicación y empeño en dotar a la diócesis de laicos formados integralmente en la Sagrada Escritura, liturgia sacramental e historia de la Iglesia.
Han sido muchos los sacerdotes y laicos que han sido baluartes en la historia del Instituto Diocesano de Pastoral. La mayor parte de los que hoy son ministros extraordinarios de la comunión en la diócesis y Diáconos Permanentes pasaron por este como estudiantes aplicados e ilusionados por conocer y vivir mejor su fe.
Los textos fundamentales que se siguen en la formación son la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica. Son los pilares que sostienen la fe católica. Ello en plena adhesión al Magisterio emanado de los Santos Padres de la Iglesia y los documentos conciliares.
Al final, se animó a todos los fieles que aún no han tenido ocasión de ser parte del mismo a inscribirse y fortalecer su fe. En el camino de misión permanente en el que está inmersa la Diócesis es necesario e importante contar con laicos formados y motivados a ser protagonistas de una nueva evangelización. Un católico formado es evangelizador, aporta su conocimiento y su testimonio de vida cristiana. Se necesita sobretodo testigos del amor misericordioso de Dios que viviendo con alegría su misión como discípulos de Jesucristo den razón de su esperanza.■
P. Edgardo Acosta Ocasio
Vicario de Comunicaciones
Para El Visitante