La sociedad puertorriqueña está pasando por una crisis de valores muy profunda: gente desorientada, cabizbaja, con la mirada perdida, desanimada; en otras palabras, frustradas. Cada día peor, más impuestos y menos servicios, más delincuentes y menos seguridad; nuestro país ha caído en la desesperanza y los jóvenes y los que viven de su “sueldito”, solo aspiran a salir del país en busca de algo mejor, ¿cómo sobrevivir en un ambiente que parece hacernos la guerra?

A los que analizamos la realidad se nos hace más fácil bregar con los distintos retos del diario vivir. Sin embargo, vemos con preocupación que los jóvenes y los niños no se acercan a la Iglesia en la misma proporción que los adultos. De la misma manera que los padres convencen a sus hijos para llevarlos a la escuela, donde aprenderán a labrarse un buen futuro, es esencial que el niño se involucre en cuestiones espirituales para prepararse a ser un buen ciudadano, que responda a los desafíos que le impondrá su estadía en esta tierra; amar a Dios, a su familia, a su patria y así mismo no puede ser tan difícil.

Un niño cristiano no solo debe conocer a Cristo y su Iglesia, sino que debe compartir con sus compañeros, cooperando en lo que puede desde pequeño para hacer un P.R. mejor. Cuando yo era pequeño, las madres le metían miedo a los niños diciéndoles: “Nene aquiétate, que por ahí viene el cuco”; ahora hay que cambiar, se debe decir: “Aquiétate cuco que por ahí viene el nene”. La razón es, que los niños de hoy tienen una disciplina muy pobre.

Los niños de esta época son extremadamente consentidos, por lo que no maduran de acuerdo con su edad; no se responsabilizan de sus asuntos; muchas veces no tienen qué hacer y pasan horas en juegos electrónicos que más que ayudarles en su desarrollo, les estanca en el mismo. Es triste ver jovencitos de 13-14 años que no saben lidiar con sus problemas y viven resentidos y preocupados por cosas insignificantes. La educación debe comenzar en el hogar, pero si los padres no lo saben, o no pueden hacerlo, por lo que sea, ese estudiante puede aprender cosas, pero no educarse.

Padre Kharlosg López Cruz
Para El Visitante

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