Luego de que varios puertorriqueños expresaran mediante carta a San Jose maría Escrivá, fundador de la prelatura personal del Opus Dei, el entusiasmo en la Isla por empezar pronto la labor de la Obra, finalmente el 17 de junio de 1969 la petición se concretó.
Ese día y en las semanas siguientes un grupo de cinco personas, entre ellos tres laicos: Sebastián Masó, Jorge Menéndez y José María Medina, y dos sacerdotes: P. José Meroño e Ignacio Repáraz Arregui, llegaron con la misión de fundar y dar a conocer la Obra del Opus Dei.
A 50 años de aquel suceso, El Visitante conversó con José María Medina Montes, director de Guilarte Centro de Estudio del Opus Dei en Guay nabo, quien explicó el fin de la Obra y, narró su inicio y desarrollo hasta como se conoce hoy día.
Primeramente, describió que el Opus Dei es una institución de la Iglesia Católica cuya finalidad es que sus fieles busquen la santidad y acerquen otras almas a Dios mediante el apostolado, a través del trabajo u oficio de cada uno, y en general, de las circunstancias ordinarias de la vida.
“Es mirar a los primeros cristianos que eran hombres, mujeres, solteros, casados, familias completas, que vivían con mucha seriedad y a cabalidad su fe en medio del mundo, con una vida corriente y normal. Es ver que se puede santificar en su vida corriente. Lo que estás haciendo lo enfocas en hacerlo bien, ofrecerlo a Dios, santificar tu trabajo y tu familia”, agregó.
Asimismo, mencionó que los tres pilares serían: oración, mortificación (sacrificio, querer cumplir siempre la voluntad de Dios) y el trabajo. Sobre la mortificación explicó que: “Cuando esa voluntad de Dios nos cuesta trabajo, ahí entra el sacrificio en acción y ahí puede tener ese mérito de hacerlo por amor a Dios. En esta vida todo lo que vale, cuesta. Si una persona quiere esta carrera o la otra, si quiere ser santo, le tiene que costar. No es sacrificio por sacrificio, sino es cumplir con la voluntad de Dios. Es confiar de lleno en lo que Dios quiere para uno”.
Por su parte, quienes pertenecen a la Obra reciben formación constante. Tienen un círculo de estudio semanal. Hacen retiros mensuales y cada año un curso de retiro. Realizan convivencias por periodos de una a tres semanas. Allí reciben formación doctrinal como clases de filosofía y teología. También enfatizan en hacer vida de oración, en la frecuencia de los Sacramentos, la importancia de la familia y el buen trato a los demás, especialmente el valor de la amistad.
Sobre los primeros pasos en Puerto Rico, Medina comentó que: “De parte de San Josemaría me preguntaron que si quería venir a Puerto Rico y dije que encantado de la vida. Llegué relativamente pronto desde que me dijeron esa posibilidad, y lo mismo sucedió con los otros cuatro. Cuando llegamos en el 69 teníamos una base de personas esperándonos aquí”.
A modo jocoso contó que en su viaje hacia Puerto Rico se leyó un libro sobre datos de la Isla y cuando llegó conocía tanto como si fuera nativo.
Respecto al desarrollo de la Obra en estos 50 años Medina expresó: “Diría que muchísimo, porque cuando llegamos aquí no teníamos nada, mas que las carreras universitarias que traíamos y ni vivíamos todavía en ningún centro ni nada.
Cuando uno mira ahora para atrás, dice: ‘Esto tiene que ser de Dios’. Porque solo hemos trabajado, en mi caso, una época de ingeniero, otra de profesor.
Creo que ha sido un desarrollo muy grande. Eso demuestra que en definitiva la Obra es de Dios como decía San Josemaría”.
A nivel mundial el Opus Dei cuenta con alrededor de 93 mil miembros, entre ellos unos 2 mil sacerdotes. En Puerto Rico son cerca de 500 y unos cinco centros de reunión y estudio.
A preguntas de cómo se siente al tener un santo y dos beatos como miembros de la Obra, respondió estar “felicísimo”. “En mi caso en particular, conocí a San Josemaría en España y cuando fue en el año 75 a Venezuela. A don Álvaro también. Tuve la suerte de ser el chofer cuando vino a Puerto Rico”, contó.
Además, de la reciente beata Guadalupe Ortiz de Landázuri, cuentan con otras 12 causas abiertas para beatificación o canonización. De otro lado, tienen varios planes e iniciativas para los próximos años. Entre estos, tres prescolares: Son Soles en Cupey (maternal y pres-colar), Summit Academy (pres- colar, kínder, primero y segundo grado) y Los Faroles en Ponce. Además, brindan cursos de educación familiar dirigido a la perseverancia matrimonial y a la formación de jóvenes solteros y solteras antes del matrimonio.
Por último, Medina natural del municipio de Osuna en Sevilla, España, se describió “encantado de la vida” por su estadía de medio siglo en Puerto Rico y confesó que se considera puertorriqueño de corazón. ■
Nilmarie Goyco Suárez
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