El pasado viernes, 12 de agosto de 2016 a las 7:30 p. m. en la parroquia Corazón de María, en San Juan, Mons. Roberto O. González Nieves, Arzobispo Metropolitano, presidió la Eucaristía en la cual confirió a los seminaristas Wilfredo D. Toyens y Fernando Colón Gutiérrez la admisión a las órdenes, mientras que a los seminaristas José Gabriel Corazón López (estudiante de teología en CEDOC), Ernesto Gonzalez (quien terminó su formación en el Seminario Conciliar de Madrid) y Gerardo Olivera (que está realizando sus estudios teológicos en el Seminario Mundelein de Chicago), se les confirió el ministerio del lectorado.

En esta misma Eucaristía el Arzobispo pidió por el nuevo curso académico de los seminaristas de la Arquidiócesis. Durante la homilía Mons. Roberto les dirigió unas palabras a los que les confirió la admisión a órdenes: “La admisión a órdenes no da un derecho al diaconado, ni al sacerdocio, sino que su formación continúa, al igual que el discernimiento y el proceso de maduración, pues ya dentro de poco manifestarán al pueblo santo de Dios su deseo de consagrar sus vidas al servicio de Dios y de los fieles; sino que con esta admisión ustedes siguen reafirmando su deseo de seguir preparándose para ser servidores y ministros del Evangelio de Cristo”.

También Mons. González se refirió a los del ministerio de lectorado diciendo: “Hoy, ustedes, instituidos en el ministerio del lectorado darán voz a la Palabra de Dios y al así hacerlo anunciarán la Buena Noticia de la salvación a las personas. Esto es algo muy emocionante. Ser la voz de la Palabra de Dios, de la palabra que salva. No solo estamos llamados a dar voz a la Palabra de Dios, sino a la ternura de Dios, a la misericordia del Padre, a los gestos del Pastor; dar voz al perdón de Dios y a su mensaje de Paz”.

Por último, el señor Obispo dijo en relación al inicio de curso: “El seminario no debe parecer un lugar encerrado, ni invisible, ni tipo de burbuja social, que nos impermeabiliza de los problemas sociales o donde haya temor a salir para no contagiarse del mundo. El seminario debe ser como un lugar de Pentecostés. Ese cenáculo, lugar de oración, lugar de salida, lugar de ímpetu, de valentía, lugar donde el gran protagonista, actor, gestor, es el Espíritu Santo. El seminario no solo es escuela de lo académico, sino escuela de humildad, de fe, de oración, de vivir en comunidad y humanidad, de enseñarnos algo difícil como ser servidor de todos, ser el último, aprender como nuestra pequeñez engrandece la figura de Cristo cuyo rostro estamos llamados a reflejar en el ministerio sacerdotal. Hagamos del seminario, el lugar favorito para aprender a ser amigos de Jesús”.

También nos sentimos orgullosos de que el seminarista Arturo L. Lliteras haya concluido sus estudios filosóficos en la Pontificia Universidad de Puerto Rico, pasando a sus estudios teológicos en CEDOC. Por último, al final de la Eucaristía, el Arzobispo anunció que el próximo miércoles, 14 de septiembre a las 7:30 p. m. en la Catedral de San Juan se estará llevando a cabo la Ordenación Diaconal del Acólito Ernesto González González.

(Seminarista Guevnex II Hernández González )

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