El fenómeno de la migración no es nuevo. De hecho, países como Estados Unidos han sido forjados por el establecimiento de comunidades extranjeras. No cabe duda que la migración hispana, incluyendo la comunidad puertorriqueña, en suelo estadounidense ha sido la mayor en los continentes de América en las últimas décadas.
Para comprender el fenómeno migratorio y cómo la Iglesia en EE.UU. responde a una pastoral hispana, Padre Rafael Capó Iriarte, director de la Oficina e Instituto Pastoral de los Obispos del sureste de los Estados Unidos para la Pastoral Hispana (SEPI) conversó con El Visitante sobre los principales retos, oportunidades y respuestas en este momento socio-histórico.
“Lo que EE.UU. es como país, está formado por la migración; la Iglesia de EE.UU. es multicultural. La Iglesia siempre ha sido una defensora de la acogida y la bienvenida al inmigrante. A la Iglesia le toca el papel de acompañar a los que tocan las puertas”, destacó P. Capó.
Sobre las realidades fronterizas y políticas migratorias, sostuvo que cada país tiene derecho a tener fronteras, pero “esas leyes tienen que ser ante todo humanas”. En ese sentido se debe defender al ser humano, a la familia y la Iglesia de EE.UU. procura y defiende una política migratoria “justa, humana, caritativa y que contemple a la familia”.
Se lucha para proteger los dreamers
Cabe destacar, que en septiembre de 2017 la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) denunció que la medida administrativa del presidente Donald Trump para cancelar el programa de Acción diferida para los llegados en la infancia (DACA, por sus siglas en inglés) es censurable, inaceptable y urgieron enérgicamente al Congreso a actuar inmediatamente.
Sobre esta situación para los jóvenes conocidos como los dreamers, sostuvo que ha acompañado y trabajado pastoralmente con cientos de ellos en la pastoral juvenil en el sureste y a nivel nacional. “La mayoría de ellos llegaron como infantes. Se criaron, formaron y estudiaron en EE.UU. Hablan mejor inglés que español y son parte de la sociedad. Han crecido en el ambiente familiar y pastoral hispánico. En el contexto político actual se ha querido eliminar la protección de la que gozaban estos jóvenes, que tampoco era una solución definitiva”, articuló.
Además, enfatizó en la acción de la USCCB que se encuentra impulsando legislación para proteger a los dreamers. Sin documentos, explicó con tristeza que ellos son “ciudadanos de ninguna parte y están en peligro de ser deportados”. Cuestionó que lo terrible es que serían sacados de su realidad para llevarlos a una realidad ajena, a un país que no conocen y del que no son ciudadanos. Con ánimo y esperanza pronunció: “Estamos luchando por defender estas familias”.
Por otro lado, durante la visita del Papa Francisco a EE.UU., el Sumo Pontífice repitió en varias ocasiones la urgencia de levantar puentes, no muros. Los prelados estadounidenses han sido eco del llamado, como explicó P. Rafael Capó. No se trata de palabreo sino de una actitud del corazón evangelizador de la Iglesia: “No es una postura política, es una postura bíblica”.
Realidades de la pastoral hispana en EE.UU.
El Director de SEPI indicó que los Obispos de EE.UU., en respuesta a la Misión Continental expuesta en el documento conclusivo de Aparecida y fruto de la llamada del Papa Francisco en Evangelii Gaudium, convocaron un proceso nacional de evangelización y consulta: el V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana. El mismo se celebrará en septiembre de este año en Dallas. Básicamente, será el resultado de encuentros parroquiales, diocesanos y regionales que desembocarán en este encuentro nacional para dar lectura a los retos, oportunidades y respuestas a la pastoral hispana.
La realidad socio cultural e histórica de la comunidad hispana católica estadounidense es muy interesante y a la vez llena de retos. “La realidad hispana no es solo el trabajo con los inmigrantes, el núcleo mayor son los nacidos en EE.UU. Ellos son más del 50 % de los católicos en EE.UU. Esto no es en las estadísticas oficiales, pero sí en la realidad pastoral”. Especificó que, según estadísticas, de los jóvenes católicos menores de 21 años, 61 % son hispanos.
“Esto reclama un trabajo pastoral que no se está haciendo. Hay muchos proyectos pastorales para los jóvenes católicos estadounidenses, pero que no contemplan a los jóvenes hispanos”, subrayó P. Capó.
Finalmente, una de las prioridades es la familia hispana. “Hay que dar una respuesta de pastoral familiar para acompañar a la familia hispana que tiene unos retos, cultura y espiritualidad distinta”, dijo. Esto a diferencia de otras familias en la realidad de EE.UU. Hay una realidad muy diferente por conceptos como la familia extendida, la unidad del núcleo familiar y el acompañamiento de los niños y jóvenes.
En el próximo artículo se tocará el tema de la familia que mantiene sus vínculos a pesar de la división física, la migración boricua y las redes sociales.
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