DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA DIÓCESIS DE FAJARDO-HUMACAO

CON LA BENDICIÓN DE LA NUEVA SEDE DEL OBISPADO

FAJARDO, PUERTO RICO – 26 DE MAYO DE 2018

 

 

HOMILÍA

TEMA: “SENTIR CON LA IGLESIA”

 

SALUDOS Y BIENVENIDA

 

  1. Este día se hace memorial y colmado de acción de gracias. Celebramos nuestro Décimo Aniversario y bendecimos e inauguramos esta nueva Sede Episcopal, el Obispado de la Diócesis de Fajardo-Humacao, la Diócesis de El Yunque y del Este de Puerto Rico. Por esto, damos gracias a Dios y a cada uno de ustedes por su presencia y deseo de ser testigos oculares de este día memorial.  Les expreso nuestro más profundo agradecimiento a cada uno de ustedes, a nuestras comunidades parroquiales y a todas aquellas personas que, con sacrificio, empeño, verdadera comunión y fidelidad eclesial, se han hecho parte de la historia de diez años en esta Iglesia local. Por esto, gracias por su presencia y a todos les extiendo mis saludos y mi  abrazo de bienvenida, y de acogida fraterna en Cristo Jesús,  que  convoca  y reúne a su Iglesia.

 

  1. En este día, deseo tener presente a dos figuras de la Iglesia que el Papa Francisco ha proclamado “Beatos”,  y recientemente, ha decidido canonizarlos en el próximo mes de Octubre. Me refiero a los Beatos Pablo VI y a Mons. Oscar Arnulfo Romero. De hecho, tomo el lema episcopal de Mons. Romero, “Sentir con la Iglesia”, como llamada discipular misionera que les quiero hacer cuando celebramos este Décimo Aniversario de esta Diócesis del Este, y que algunos llegaron a pensar que era imposible.  El Papa Pablo VI, hoy Beato, tuvo la gran encomienda de conducir y culminar el Concilio Vaticano II que había sido inaugurado por su predecesor, San Juan XXIII. Se trató de un momento álgido para la Iglesia  y el mundo.  Se tomaron grandes y difíciles decisiones. Pero, la Iglesia resurgió renovada, fortalecida y con un proyecto de evangelización adecuado a las circunstancias históricas del hombre moderno y del mundo.   Pablo VI fue un  gran arquitecto conciliar, instrumento eficaz de diálogo y comunión, gran pastor universal de un vivo  testimonio de la  fe, y quien supo “sentir con la Iglesia” el drama del  mundo y el dolor del hombre moderno.

 

  1. Por su parte, Mons. Romero, nos dio un gran ejemplo de conversión personal y pastoral  al  disponer su corazón y su vida al servicio y entrega a su gente. Tuvo que caminar en medio de la sangre derramada por la violencia encarnizada de una guerra cruel  y llorar  el calvario y la muerte de  presbíteros, catequistas y de miles de personas en su humilde pueblo de El Salvador.  Pero de la mano de Jesús y cargando la cruz, abrazó con su pastoreo a esta nación  atrapada en  la violencia y  las injusticias contra  los pobres.  Supo mantenerse fiel  y con voz profética   en medio de  una Iglesia dividida y herida por la guerra. Vivió su lema episcopal, “sentir con la Iglesia”,  hasta las últimas consecuencias. Al final, una bala asesina apagó su aliento pero no pudo callar su voz.  Estos dos hombres, Beatos Pablo VI y Mons. Romero,  están vivos para la Iglesia y para el mundo,  y  hoy, nos hablan y cuestionan nuestra fe y fidelidad eclesial. Nos piden que sintamos con la Iglesia y que abracemos la Misión como gran la encomienda de nuestra fe cristiana y de sentido eclesial. En octubre 2018 serán canonizados y ese mes debe ser un mes de conversión y de apasionada misión.

 

SENTIR CON LA  IGLESIA

 

  1. Al celebrar este Décimo Aniversario y prepararnos para entregar esta Diócesis, en su estatus actual de “sede vacante”, lo que les pido como Obispo Fundador, es que sientan con esta Iglesia joven,  y aún de frágil constitución. Tengan presente a estos dos grandes hombres de Dios y a nuestros Patrones Diocesanos: Santiago Apóstol y Nuestra Señora del Carmen.  El bautizado tiene que sentir con la Iglesia, acogiendo y viviendo la fe y  la urgencia de la misión, y esos son elementos  que deben acompañarnos como discípulos de Jesucristo.  Sentir como Pablo VI y Mons. Romero, que supieron dar el paso y abrazar la encomienda eclesial con total espíritu de entrega y de fidelidad al Evangelio.  Sentir como el Apóstol Santiago que no dudó  en cruzar los mares para predicar el Evangelio y derramar su sangre por el Maestro que lo había llamado a ser discípulo. Sentir como la Virgen  María, que visita con urgencia a su prima Isabel para llevarle la buena nueva de Jesús, que está  en su vientre,  y darlo a conocer a Juan Bautista, Isabel  y Zacarías.

 

  1. Sentir con la Diócesis de El Yunque, que nació misionera y sigue en estado de misión, porque, esa es nuestra identidad  y la razón de ser como Sacramento de Cristo en esta región del Este de Puerto Rico.  Diócesis  Misionera que nació  en la alborada de Aparecida  y que sigue respirando este  llamado en el magisterio renovador e interpelante del Papa Francisco.  Diócesis  misionera,  porque la Iglesia de Cristo es misionera por naturaleza y lo hemos olvidado.  Por esto, esta Diócesis está llamada llevar a Cristo  a todos, pero, especialmente, a los pobres y marginados, a los hogares donde hay niños y jóvenes que no reciben amor de sus  padres ni les testifican la fe. Pero, llevar a Jesús, se tiene que caminar en la calle y tocar puertas y corazones.    La Iglesia es misionera de la vida, la fe y la esperanza porque hay muchos matrimonios y familias disfuncionales,  y  tenemos que  fortalecerles y alimentar su esperanza y su alegría en Cristo Jesús. Tenemos que misionar sintiendo  con nuestros viejos donde están solos y desechados en una sociedad egoísta e indiferente al  cansancio y al dolor de los que levantaron el país y forjaron al pueblo que somos hoy.

 

  1. Sentir con urgencia misionera y espíritu de conversión cuando hay comunidades parroquiales que se han ido diezmando porque tienen pastorales anémicas y estructuras rígidas y aislantes. Esto nos impiden que hablemos el lenguaje de la cultura actual para abrazar a los niños con el amor de Dios, llegar a los jóvenes  y acompañar a la familia como nos pide el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Esto, tampoco nos permite la renovación eclesial y que hagamos  los ajustes pertinentes en la pastoral y sus exigencias para responder   nuestro tiempo.  Sentir con esta Iglesia pobre y misionera,  requiere el esfuerzo de todos y la voluntad pastoral para multiplicar los panes  y alimentar la fe y la esperanza de nuestra gente pobre y hambrienta de Dios.

 

  1. Sentir con su Obispo, como muchos presbíteros y catequistas salvadoreños que se sumaron a Mons. Romero para ser voz de los pobres. Sumarse a un proyecto eclesial misionero es responsabilidad de todos los bautizados, especialmente, de los que hemos abrazado el ministerio sacerdotal y del servicio, y los que hemos optado por la vida consagrada. Lo contrario es escándalo, viciar el ministerio y ser anti testimonio, lo que es letal para la fe del pueblo de Dios. Sentir con esta Iglesia que tiene su proyecto misionero en su Plan Diocesano de Pastoral, claramente, definido y establecido. Además, hay una realidad actual del pueblo de Dios que nos apremia y nos reclama una lectura urgente de los signos de nuestro tiempo. ¿Cómo vamos a mantenernos impávidos ante las injusticias que sufren  los pobres, la violencia que roba  la vida y la alegría de tantos hogares,  cuando miles de personas tienen que emigrar y abandonar a su país?   Este sentir eclesial  nos requiere conversión, respeto y  gran amor a lo nuestro. Nadie da la vida por lo que no ama, y Jesús,  nos llama  a amar hasta las últimas consecuencias y hasta a  los enemigos. Ese es el drama de la Cruz.

 

  1. Sentir por la Iglesia en Puerto Rico es apoyar a sus Pastores y caminar con ellos que han tenido que enfrentar hasta en los tribunales algunos cuestionamientos por miserias e infidelidades de algunos de sus ministros,  o por el oportunismo político y económico de algunos grupos, o  por las agendas particulares e ideológicas de algunos medios de comunicación. Intentan callar nuestra voz  y desprestigiar a sus pastores para imponer sus agendas ideológicas  que van en contra de los valores del Evangelio y de la doctrina magisterial de la Iglesia.  Pero la dignidad de la persona es sagrada y la familia en su concepción natural es de la voluntad divina. Ante  estos valores del Evangelio, ante la concepción y la dignidad de la persona humana desde que se da su concepción en el vientre materno,  y ante la realidad  natural de la familia querida por Dios, no nos van a callar.

 

 

SENTIR  CON LA IGLESIA ES CAMINAR CON ELLA EN SUS LUCES Y EN SUS SOMBRAS

 

  1. La fundación y desarrollo de esta Diócesis de Fajardo-Humacao han estado acompañados por la crisis fiscal de nuestro pueblo, que comenzó a manifestarse desde el 2006, y que ha llegado a su momento álgido con la creación de la Junta de Control Fiscal externa y la quiebra oficial del gobierno de Puerto Rico. Por tanto, nuestro caminar eclesial ha estado arropado por estos condicionamientos sociales y económicos.  Sin embargo, la solidaridad de la mayoría de las Diócesis hermanas, especialmente, la Arquidiócesis de San Juan; la bondad y generosidad de nuestra gente fiel y con sentido de pertenencia que contribuyeron con su diezmo y compraron adoquines; la colaboración de Asociaciones Católicas como Home Mission, Catholic Extension y la Pontificia Comisión para América Latina de la Santa Sede, y la comunión solidaria de algunas de nuestras parroquias que nos prestaron algún dinero, hicieron posible lo que, hoy,  es el Obispado de la Diócesis de El Yunque.  Esa es la providencia de Dios que se manifiesta a pesar de las limitaciones humanas.

 

  1. Sentir por esta Iglesia es meterse de lleno en su propuesta de misión y pastoral, y que se ha ido desarrollando a través de diversas iniciativas y que hoy están en nuestras manos. La Escuela Diocesana de Formación La Barca, la Catequesis Familiar Integra, el Camino de Santiago de El Yunque, la Vicaría de Educación, el Tribunal Diocesano, el Centro Diocesano de Distribución y Ventas, nos reclaman un trabajo de campo, de acompañamiento, de entrega apasionada y creyente, de amor por lo nuestro. Sentir con esta Diócesis Misionera es propiciar parroquias vivas, dinámicas, acogedoras y llenas de compasión y misericordia para atender a los más pobres y necesitados. Al finalizar esta etapa de fundación, vimos la urgencia de tener a Cáritas bien organizada en la Diócesis. Ya lo habíamos intentado pero no funcionó, pero esto no quiere decir que no hiciera falta. ¿A cuántos hogares y familias logramos impactar  con la emergencia del  Huracán? Hoy,  es un proyecto que estamos buscando afianzar y estructurar para poder atender a las necesidades de nuestra gente pobre y marginada.

 

ESCUCHEMOS LA PALABRA

 

  1. Celebramos este aniversario, hoy 26 de mayo de 2018, con alegría, llenos de y de esperanza. También, recordemos que todo arrancó el 11 de marzo de 2008 cuando se hizo el anuncio y se inició, formalmente, el 31 de mayo de 2008,  en la Fiesta de la Visitación de la Virgen María. Por esto, para caminar con espíritu misionero ardiente   siempre, hagámoslo de la mano de la Virgen María. Ella es  la Mujer Fiel y Oyente de la Palabra, la mujer llena de Dios que dijo “Sí” , e inició la aventura de la misión con premura,  alegría y exaltando  a Dios  que se hace presente en su pueblo. La Virgen tiene a Jesús en su vientre y en su corazón.  Luego, nos señala que para ser misioneros, lo primero es tener a Jesús en nuestro interior. Si Jesús no está en nuestro corazón, no podemos dar testimonio de él ni ser misioneros. Pero Jesús quiere entrar para renovarnos y transformarnos de mente y corazón, pero tenemos que abrazar un camino decidido de conversión. Sólo entonces, es posible abrazar la misión y salir presurosos, sin excusas ni  peros y dilaciones, a llevar al Señor donde los hombres necesitan esperanza y vida,  donde es urgente su Palabra y se necesitan las ganas de vivir.   Solo la conversión nos hace amar como nos pide San Pablo, con sinceridad,  espíritu fraterno  valorándonos y llenos de alegría.

 

  1. Les pido por favor, que tengamos presente la Virgen del Carmen y Santiago Apóstol, nuestros Patrones Diocesanos. Ellos acompañan e inspiran la misión en la Diócesis de El Yunque.  Hoy,  también les he traído el ejemplo  de los Beatos Mons. Romero y Pablo VI, porque, el Papa Francisco los ha puesto de relieve para la Iglesia como modelos actuales de renovación eclesial y de entrega fiel.  No los olvidemos, pues, no estamos solos. Crean en esta misión, amen a su Diócesis y sientan con la Iglesia, que camina en la historia de nuestro Pueblo y ha sido testigo y guardiana de la cultura cristiana de nuestro País. La Diócesis de Fajardo-Humacao, ya, pertenece a esta historia y esta cultura. Cuando celebramos este Décimo Aniversario y dejamos bendecido e inaugurado este Obispado, reafirmemos nuestro compromiso misionero. Y digamos como la Virgen María: “He aquí la sierva del Señor. Hágase en mí según tu Palabra”, Lc 2,38.  Así, comenzó la historia de esta Diócesis y así debe continuar. Mantengamos esa fe y esa confianza en la providencia de Dios, y con premura y alegría, abracemos la misión al estilo de la Virgen María.

¡Que Dios les bendiga y adelante, siempre, Diócesis de El Yunque!

 

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here