Al conmemorarse el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, se celebró una misa en el Monasterio San José de las Hermanas Carmelitas de Trujillo Alto a la que asistieron muchos devotos para recordar la vida de esta religiosa.

La eucaristía fue presidida por Monseñor Fernando Felices, durante la homilía hizo un recuento de lo que fue la vida de la Santa. Destacó que Santa Teresa nació luego de 5 años de que sus padres se casaran y en honor a su abuela la llamaron Teresa.

Igualmente, sostuvo que Santa Teresa de Jesús fue una obra maestra de Dios “porque eso son los santos”. “Fue maestra de los que desean ser santos cultivando su vida de oración”, detalló.
Asimismo, precisó que ella fue elegida para ser santa “como tú y como yo”. También dijo que: “Se imita lo que se admira y Santa Teresa encontró ese modelo original en Jesús. El modelo de cada ser humano es el Verbo, Cristo”, comunicó.

Al tiempo, expresó que la Santa hizo determinaciones y fue fiel a ellas. Ella pensaba que el que dejaba la oración perdía el camino hacia la santidad. “La vocación a la santidad es una vocación a la alegría verdadera. Ella dejó que Dios fuera el gran protagonista de su vida”, manifestó.

De otro lado, el sacerdote dijo que la vocación fundamental de las carmelitas debe ser recordarle a cada ser humano que está destinado, llamado, elegido para la gloriosa unión del amor con Dios.
“La vocación cristiana es que seamos todos místicos. Las experiencias místicas han sido una gracia para la Iglesia”, comentó.

“La experiencia de Dios desató en ella (Santa Teresa) una necesidad de comunión, de servicio a la Iglesia a la que ella respondió generosamente. Se dio cuenta que no había que pensar mucho sino amar mucho. Con el paso del tiempo se percató que a quien Dios tiene, nada le falta ya que solo Dios basta. Se propuso contemplar solo a Dios”, indicó el clérigo.

Del mismo modo, instó a todos los devotos de Santa Teresa a que todos los días hablen con ella. “Gracias, Santa Teresa, por ser toda de Jesús y toda nuestra”, reiteró el clérigo.

Luego de la bendición final, tanto las Hermanas de clausura como los presentes se acercaron para besar la reliquia de la Santa: una muela.

En un aparte con El Visitante Mons. Fernando Felices explicó que en el siglo XVII hubo un Obispo carmelita que era pariente de Santa Teresa y vino a trabajar en Puerto Rico por lo que se cree que haya sido el responsable de traer la reliquia al país.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here