“Todo es posible en la vida, confía en tu potencial y el potencial que Dios tiene para ti”. Con estas palabras, Carina A. Ortiz Toro, expresó las ganas de salir adelante que le distinguen.

La joven de 36 años, residente en Lajas, nació con la condición congénita de espina bífida e hidrocefalia. Debido a que solo tiene movilidad de la cintura hacia arriba, se vale de una silla de ruedas manual para desplazarse. Si bien desde siempre contó con el apoyo de su familia, las experiencias fuertes y retos a lo largo de su vida, principalmente actitudes negativas de otros hacia su persona y varias operaciones en la cabeza, fueron clave en su deseo de superación.

A Carina, desde pequeña, le llamó la atención el baile. De igual manera, las ganas de ejercitarse, la llevaron a integrarse en 2013 a clases grupales de zumba. Más allá de intimidarse por las limitaciones que pudiera tener, se dio a la tarea de buscar información para certificarse. Fue en un gimnasio en Isla Verde, donde precisamente contaban con una rutina para personas en silla de ruedas. Para su sorpresa, un 17 de julio de 2016, se convirtió en la Primera instructora certificada de zumba en silla de ruedas en Puerto Rico y El Caribe.

Hoy día, muchos se sorprenden de verla como instructora. Desde entonces ha sido invitada a participar en varios eventos de zumba, a clases regulares de colegas instructores, así como a ofrecer una clase completa en escuelas. Cabe destacar que entre los beneficios de hacer zumba está: bajar de peso, ayuda al estado emocional y libera el estrés. Además, es adecuado para todo tipo de personas, desde niños hasta adultos mayores.

Ante las altas y bajas a lo largo de su vida, expresó que: “El zumba ha sido de motivación para mí. Ha sido mi manera de llegar a otras personas e inspirarlas a que no se den por vencidas. Que piensen que personas con algún tipo de diversidad funcional o discapacidad salgan adelante. Y demostrar que todos son capaces de llegar lejos”.

Entre sus planes está “formar un grupo de zumba de jóvenes adultos en silla de ruedas e integrar personas que no lo estén. No me limitaría a un grupo en particular, tendría diferentes (grupos, sea aparte o integrados) a los que pueda dar clases”.

Aunque se considera tímida, esta faceta le ha reforzado la confianza y le ha servido para demostrarse a sí misma que estar en silla de ruedas no es impedimento ni limitación para lograr algo. A su vez, afirmó que esto es posible gracias al apoyo de su pareja, a quien considera como un regalo de Dios, hace 1 año y 7 meses.

Según narró, “un mes antes de conocerlo, hice una oración a Dios con mucha fe. Estaba cansada de sufrir y quería a alguien que hubiera caminado y que a su vez hubiera pasado por la experiencia de estar en silla de ruedas. Y llegó él, a quien cariñosamente llamamos Junito.

En su caso, caminaba, pero a raíz de un accidente estará en silla de ruedas para siempre.

Definitivamente, él ha sido de gran motivación y fortaleza emocional, una gran bendición desde el principio”.

Por eso, a quienes discriminan a esta población, les exhortó: “en que piensen que en algún momento podrían verse en alguna situación similar”, y “a la población con diversidad funcional, como yo, le animo a que no se rindan. Que, si tienen alguna idea, que busquen la manera de hacerlo hasta que lo logren, busquen el apoyo familiar, de la pareja o de algún profesional”.

Además de certificarse como instructora, posee un bachillerato en Administración de Empresas de la UMET. Ha tenido la oportunidad de trabajar (por contrato) varias ocasiones en el Municipio de Lajas. No obstante, actualmente se encuentra desempleada.
Si desea conocer más sobre Carina puede contactarse al 787-964-6479 o visitar su fan page: @cazumba- zininstructorpr. ■

Nilmarie Goyco Suárez
Twitter: @NilmarieGoycoEV
n.goyco@elvisitantepr.com

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here