Contrario a lo que muchos puedan pensar la vida religiosa lejos de ser aburrida es maravillosa, así la describió Sor Margarita Colón, O.P., quien junto a Sor Rocío Flores Cruz, O.P. y a Sor María Digna Acosta Cruz, O.P. festejarán sus bodas de plata, este próximo miércoles, 4 de julio.
La religiosa natural de Juana Díaz aceptó que, como cualquier otra vocación, la vida religiosa, tiene sus sacrificios, sus luchas, sus luces y sus sombras, “pero todo se puede si se tiene al Señor. Soy plenamente feliz”. Sobre su primera profesión de votos hace 25 años recordó el lema que junto a sus compañeras eligió para ese día: Somos incienso que se quema.
Relacionado con esto relató que “cuando llegamos al juniorado Sor Virgemina Morell Martel, O.P. que era la superiora en ese momento, nos dijo: ‘¿Ustedes quieren ser como como el incienso que se quema?, pues aquí se van a quemar’”. Cuando se le preguntó si se había quemado respondió: ‘¡Que sí qué!’, entre risas. Admitió que “esta vez escogimos un lema más suavecito En tu nombre echaremos las redes, porque hemos crecido y lo dejamos todo a la voluntad de Dios”.
Sobre cómo describe los pasados 25 años, Sor Margarita dijo que lo sintetiza en la frase Todo para la gloria de Dios. “He tratado que en cada misión que se me ha confiado dar lo mejor de mí. Si no sé algo, lo aprendo, pregunto, lo estudio y cada día me renuevo”. Admitió que han sido momentos de altas y bajas, pero que se ha mantenido en la carrera, Siempre contenta y alegre porque todo lo que hace es para Gloria de Dios.
Actualmente, la religiosa natural de Juana Díaz dirige el Centro de Servicio Ferrán, que es un centro que atiende a niños, jóvenes y adultos de comunidades pobres y vulnerables de Ponce. Allí se ofrecen servicios de tutoría y biblioteca para los niños. A la vez se proveen servicios médicos y trabajo social a la comunidad. Sor Margarita culmina su término de 6 años como Consejera General dentro del Gobierno de la Congregación.
Sor Rocío Flores Cruz, O.P.
A los 13 años, a Sor Rocío Flores Cruz, O.P., oriunda de Juncos, le dio curiosidad por leer la Palabra de Dios y así se enamoró de ella. Sin embargo, no fue hasta 35 años después que llegó a donde Dios quiso que sierviera para toda la vida, las Hermanas Dominicas de Fátima.
Relacionado con qué ha sido lo mejor en estos años, resaltó el poder hablar de Dios en los lugares que le ha tocado misionar y estar al servicio de sus hermanas enfermas. Aprovechó para exhortar a los jóvenes que sientan el llamado a la vocación para que no tengan miedo a servir a sus hermanos. “Te sentirás libre de equipaje y la búsqueda se convertirá en una aventura maravillosa que se llena de gozo y tendrás la oportunidad de conocerle y amarlo. Gracias Dios mío, porque me llamaste, mi felicidad viene de ti”, aseguró.
Sor María Digna Acosta Cruz, O.P.
Hace 27 años que Sor María Digna Acosta Cruz, O.P. sintió el llamado a la vida religiosa. Conoció a las Hermanas de Fátima en la Capilla San Pedro de su natal Lajas. Luego de conversar con ellas descubrió que su lugar era en esa congregación.
Sor María Digna compartió que las experiencias que ha adquirido en estos 25 años han sido inolvidables y que la han ayudado en su crecimiento espiritual. “He puesto en práctica mis valores que un día me enseñaron mis padres. Doy gracias a Dios y a la Virgen por el regalo de mi vocación y vivirla con mucha responsabilidad”, indicó. En estos años la religiosa ha misionado en Maricao, Maunabo, República Dominicana y por los pasados 13 años en Venezuela.