Este 17 de enero se celebró la fiesta de San Antonio Abad. San Antonio nació en el año 251 en una población del alto Egipto, al sur de Menfis. Se retiró a la soledad siguiendo el ejemplo de un anciano ermitaño. El trabajo manual, la oración y la lectura constituyeron en adelante su principal ocupación. A los 54 años de edad, fundó un monasterio en Fayo. Más tarde, estableció otro llamado Pispir, cerca del Nilo.
El pueblo de Humacao cuenta con la única abadía que existe en Puerto Rico, Abadía San Antonio Abad. Una abadía es un lugar donde hay un abad (padre de una familia monástica) en este caso benedictina. Según el Abad Oscar Rivera, OSB, lo principal en una abadía es la vida de familia. “Es una comunidad de cristianos que trata de seguir el Evangelio, según las reglas de San Benito, bajo la autoridad de un Abad. Es una vida de oración, lectio divina y trabajo”, indicó.
Explicó que el nombre de San Antonio Abad surgió porque el señor que donó las tierras donde se construyó la abadía se llamaba Antonio Agripino Roig. “Cuando se le preguntó porqué santo se llamaba Antonio dijeron que era por el que tenía el cerdito y ese es San Antonio Abad. Por consiguiente San Antonio Abad es el patrono de la Abadía y del Colegio, pero no del monasterio que es San Benito”, aclaró.
La llegada de los benedictinos a Humacao ocurrió hace casi 70 años cuando se construyó el monasterio, con el propósito de tener una escuela para los niños de esa área porque sus padres trabajaban en la Central. Por eso se creó una Escuela Agrícola Industrial. Con el paso del tiempo la Escuela quedó en su segundo plano porque el Gobierno estableció una Escuela Agrícola Industrial en el municipio de Humacao que era libre de costo. Entonces la orden religiosa decidió establecer una Escuela preparatoria para la Universidad.
Actualmente, 13 monjes residen en el Monasterio. Entre estos hay varios hermanos enfermos, que son cuidados por los otros monjes. Los llevan al médico y les dan sus medicamentos.
El Abad puntualizó que fueron los clérigos, P. Eric Buermann y Padre Pepe Rodríguez (hermano del Beato Carlos Manuel Rodríguez) los que puertorriqueñizaron el Monasterio.
“Los benedictinos de los inicios no solo enseñaban en la escuelas sino que atendían las parroquias de Humacao y Yabucoa. Fueron los monjes los que se adentraron a los campos en mulas, yeguas o jeep para fortalecer la vida comunitaria. Hay capillas por todos los barrios en ambos pueblos”, aseguró.
Del mismo modo, precisó que el cargo de Abad es un oficio, un servicio y un ministerio al que hace 19 años fue nombrado. Afirmó que es el encargado de atender las necesidades de los monjes, los asuntos administrativos y es el director del Colegio San Antonio Abad que ofrece cursos de séptimo a cuarto año de escuela Superior. Sobre el tiempo que dura el nombramiento detalló que en el pasado era hasta los 65 años, pero hace algunos años cambiaron la edad a 75 años.
De otro lado, mencionó que aunque forman parte de la Diócesis de Fajardo-Humacao y siempre que pueden participan de las actividades, cuentan con autonomía. Indicó que a pesar de que hay otra comunidad benedictina en Mayagüez, ambos monasterios actúan de manera independiente.
No obstante, subrayó que dos sacerdotes del monasterio colaboran con las misas dominicales en los lugares donde la Diócesis les solicita ayuda. De inmediato, aclaró que no todos los monjes son sacerdotes. “Originalmente la orden era de hermanos, pero con el paso del tiempo se permitió la entrada de sacerdotes diocesanos”, expresó.
Ciertamente, el Abad, señaló que los Monasterios no pueden convertirse en lugares aislados y distantes sino que tienen que acompañar a la sociedad siendo solidarios a través de la oración y la acogida. Es por eso que el público puede participar en la misa diaria que realizan a las 6:30 de la mañana o los domingos a las 9:30 de la mañana.
“Las personas de la comunidad llegan hasta aquí en cualquier momento para confesarse, recibir dirección espiritual, o para orar. Incluso, los sábados los que participan de la misa los invitamos a desayunar. En cuanto al Colegio estamos todo el tiempo en contacto con los muchachos, les damos la confianza de hablar con nosotros ante cualquier situación. Estamos muy cercanos a la comunidad”, dijo el Abad.
Finalmente, informó que cuentan con tres o cuatro habitaciones para las personas que quieran vivir de cerca la vida de los benedictinos sin estar inmerso en la orden como tal.