El próximo martes, 3 de enero se cumplen 23 años de la muerte de Mons. Antulio Parrilla, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Caguas. Para el Dr. Miguel Santiago Salinas, autor del libro Antulio Parrilla Bonilla: Obispo y Profeta de Puerto Rico, el Prelado fue una de las figuras más importantes del Siglo XX en la Iglesia de Puerto Rico y de América Latina.
Cabe mencionar, que el mensaje que ofreció hace más de 40 años contra la injusticia que afecta a los más débiles, así como la crítica al gobierno, los partidos y a muchas instituciones por inclinarse a favor de los poderosos y los opresores aún tiene pertinencia. Más aún cuando la crisis económica se agudiza en el País y la moral pende de un hilo.
Mons. Antulio Parrilla decía que: “El compromiso político ha de ser a favor de los oprimidos, de los de abajo. Cualquier otro compromiso, apoliticismo o neutralismo es realmente una farsa que encubre consciente o inconscientemente el favorable alineamiento en pro de los privilegiados, de los dominadores y de los opresores”, (La religión desprivatizada, El Nacional, 24 de noviembre de 1972).
Por otra parte, en el libro que se publicó en el 2013 detalla que Mons. Antulio Parrilla fue un Obispo radical y vigoroso en su compromiso social, claro en sus opciones y profundamente religioso. Igualmente, confirma que su interpretación del mensaje de Jesús contenido en el Evangelio y en las enseñanzas de la Iglesia, lo movieron a un compromiso irreversible a favor de la justicia.
Del mismo modo, el texto constata que toda la acción política, social y económica del Obispo natural de San Lorenzo tiene fuerza y raíz en su vocación cristiana. El Dr. Santiago Santana reiteró que no es posible entender la obra que hizo el Obispo si no se conoce su profunda espiritualidad. Asimismo señaló que el Prelado conocía realmente la Doctrina Social de la Iglesia y logró implementarla dentro de su trabajo pastoral.
Algunos datos biográficos:
Mons. Antulio Parrilla ingresó al Seminario Mount St. Mary’s en Maryland en 1948. En 1952 fue ordenado sacerdote diocesano en la Catedral de San Juan. Hombre de visión y mucha oración se destacó en el trabajo social en las comunidades. Dirigió el Seminario Regina Cleri de Ponce.
En 1965 fue ordenado Obispo Auxiliar de la Diócesis de Caguas. Fungió como director de Acción Social Católica y Asesor de la Juventud Obrera Católica. Fundó el Centro Social Juan XXIII para la formación de laicos. Además, trabajó como profesor en el Instituto de Cooperativismo. Al tiempo que asesoró y dirigió la Liga de Cooperativas de Puerto Rico. A la edad de 75 años, en 1994 fue llamado a la casa del Padre.