A la hora de observar qué aprenden los hijos del matrimonio de sus padres se vale cuestionar si en el día a día estos llevan una relación de pareja que sirva como buen modelo para los pequeños. También es meritorio preguntarse ¿qué podrían mejorar para llegar a serlo? o ¿qué aspectos recordarán sus retoños de su matrimonio cuando sean grandes?
Según la Dra. Mayra del C. Rosado Rodríguez los niños absorben y observan, mediante lo que se llama aprendizaje por observación, a cómo tratarse unos a otros. “Aprenden cosas buenas y cosas menos buenas. Si ven unos padres y un matrimonio amoroso, hay más posibilidad de que en un futuro ellos traten a sus parejas, a sus amigos y a sus padres de esa misma manera. Por el contrario, si ven personas agresivas ese niño va a tender a ser agresivo también porque eso para él es lo normal”, explicó.
Destacó que cuando los padres tienen detalles como tratar bien a sus hijos y darles mucho amor, “los ayudan a ser unas personas estables, personas con mucha seguridad en sí mismas”. Por el contrario, “cuando vemos a unos padres castrantes, unos padres que por todo pelean al niño, que no le permiten la creatividad estos son personas que crecen con muchas inseguridades en el futuro”.
Se ha constatado, a través de investigaciones, que el matrimonio de los padres es un factor que interviene directamente con el bienestar de los hijos. Muchas de las debilidades personales que se manifiestan en la etapa adulta, tienen su origen en la niñez y en la adolescencia, cuando tiene como referente de imitación a los padres y por consiguiente, como ejemplo de educación.
Asimismo, estudios señalan que los niños no solo necesitan que sus padres vivan bajo un mismo techo, sino que tengan un vínculo basado en el respeto mutuo y el amor conyugal; factor que disminuye las probabilidades de que tengan dificultades en los estudios, presenten comportamientos violentos, elijan amistades desfavorables o incluso caigan en adicciones.
Partiendo desde el punto de que los hijos merecen que sus padres se esfuercen por brindarles el modelo de una relación armoniosa y amorosa entre ellos, la perito del Departamento de Justicia en casos de menores hace 10 años, subrayó que “lo que le da la fuerza a la familia de unión permanente son los miembros”.
Explicó que el matrimonio es un Sacramento y que por lo tanto siempre se promueve que los hijos y todos recen en familia. “Es maravilloso reunir a los hijos con los padres aunque sea una vez al día para orar, pedirle a Dios, para ayudarse unos a otros en las circunstancias difíciles de la vida”, expresó.
No obstante, tomando en cuenta la realidad social del alza en los divorcios, la experta que también presta servicios en el Hogar Albergue Jesús de Nazareth, Inc. enfatizó que “hasta en el divorcio tiene que haber unión entre la pareja, porque los padres en vez de enemigos deben ser amigos por el bien de los niños”.
Rosado hizo un llamado a que las parejas hagan lo posible para permanecer como familia unida. “Problemas y circunstancias van a haber siempre en la vida. Busquen ayuda, piénsenlo bien y no se divorcien. Todo llevado de la mano de Dios se puede superar”, manifestó.
“Exhorto a que no haya rupturas, que las familias permanezcan siempre unidas, que luchen por mantener esos recuerdos esos vínculos con sus hijos. Y a los que ya están divorciados que recuerden que no es llevarles regalos a sus hijos y sino estar ahí para ellos y ser un padre presente. Recuerden, salen hijos buenos de matrimonios buenos y salen hijos buenos de padres divorciados, todo depende del amor que se les dé”, puntualizó.