Hoy, los católicos del mundo celebran con fervor a la Virgen del Carmen. Rindiéndole veneración como una de las  devociones marianas más conocidas de la Iglesia Católica y Puerto Rico. Por este motivo, El Visitante conversó con el comisario provincial de la Orden del Carmen en Puerto Rico, Fray Jorge María Rivera Maldonado, que habló sobre la orden y su testimonio personal con la Virgen del Carmen.

“La Orden del Carmen tiene mucha tradición en Puerto Rico y sería muy difícil que una persona no conociera lo que es la devoción a la Virgen del Carmen. Dicen algunos historiadores que antes de arribar las monjas carmelitas de clausura a Puerto Rico en el 1651, la devoción a la Virgen del Carmen había llegado a través de la Armada Española que estaba bajo su protección y sus marineros jóvenes traían consigo esta devoción”, comentó.

La Orden Mariana, cuyo nombre completo es Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, posee una espiritualidad y unos carismas particulares. Sobre ellos, el presbítero, explicó: “Nuestra espiritualidad es mariana porque los primeros hermanos provenientes de Europa que se establecieron en el Monte Carmelo, Palestina, construyeron una capilla a la Virgen con la intención de entregarse a Jesús a través de la Virgen María. Nuestros carismas: Oración, contemplación, fraternidad y servicio (que describen a María), son los que queremos inculcar en nuestros jóvenes y comunidades, por eso, somos marianos. Nacimos de la falda de la Virgen María”.

Al nacer de la falda de la Virgen, su relación con la Madre de Jesús es especial, por tal razón, El Visitante quiso que Fray Jorge compartiera su testimonio con la Llena de Gracia. “Crecí en una parroquia carmelita en el pueblo de Morovis. En mi proceso vocacional siempre ha estado presente la Virgen, pero cuando decidí entrar al seminario opté por el seminario diocesano. Mi director espiritual, Fray Enrique Orria, se sorprendió un poco porque pensaba que entraría a la orden, pero entendió. Pasé 7 años en el seminario diocesano y no fue hasta llegar a México donde empecé a experimentar que la vocación diocesana no era para mí. No porque no fuera buena, es hermosa, pero no era mi camino”, detalló.

Recordó que “todos los domingos me tocaba distribuir la comunión en la Basílica de la Virgen de Guadalupe, le pedí a la Morenita que me diera una señal que confirmara la voluntad de su Hijo para mi vocación”.

Especificó que  había una capilla en uno de los laterales de la basílica y, que cuando entró, vio un altar con una imagen grande y muy bonita de la Virgen del Carmen. Ese día no le dio mucha importancia. No obstante, al siguiente domingo cuando volvió notó que la imagen ya no estaba allí.

“Pregunté al sacristán: ¿y la imagen de la Virgen del Carmen que estaba en el altar? ¿Dónde la colocaron? Y él me contestó ‘que en esa capilla nunca habían tenido una imagen de la Virgen del Carmen’. ¡Eso fue un signo de la Virgen de que Jesús quería la vida religiosa para mí! ¡La Virgen María me llamó a ser carmelita!”, relató.

Por otro lado, una de las prioridades de Fray Jorge Rivera como líder de la provincia son las vocaciones. Sobre esto expresó que “a los jóvenes que desean entrar a la orden y a las comunidades que dirigimos, les enseñamos a vivir una devoción de amar a la Madre de nuestro Señor Jesucristo. Nuestro lema es: Vivir en obsequio de Jesús bajo el amparo de María”.

Reabrirá Seminario Carmelita en Ciales

El sacerdote, que celebrará 25 años de ordenación sacerdotal el próximo mes de agosto, adelantó que  el Seminario Carmelita de Puerto Rico que por muchos años estuvo cerrado, reabrirá sus puertas en el pueblo de Ciales. En el mismo recibirán  a seis puertorriqueños. “Estos jóvenes empiezan un camino de entrega total a Jesús a través de la Virgen del Carmen”, concluyó.

(Jorge L. Montes Quiles )

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