El pasado martes, 11 de abril, el Colegio Lourdes en Hato Rey vivió un momento cumbre no solo en el año académico, sino también en su historia: por primera vez los estudiantes realizaron un Vía Crucis viviente. Como iniciativa del Club Juventud Misionera, moderado por el Prof. Luis Díaz, los jóvenes del nivel superior se embarcaron en la aventura de escenificar los misterios de la salvación: la pasión, muerte y resurrección del Señor.
Con la presencia de todo el estudiantado, facultad padre e invitados se dio inicio a lo que llamamos Vía Crucis en los ojos de María. En él quisimos narrar la historia desde la perspectiva de María, como mujer valiente, mujer de pie ante la cruz. En este sentido, no quisimos narrar solamente el relato de la pasión de Jesucristo, sino también exponer ante todo los sentimientos de la Madre sufriente y dolida ante la muerte
de su Hijo: “Mi hijo y mi Dios envueltos en el misterio de una muerte por amor” como pronunció la Virgen María durante la escenificación. La joven Amanda Rodríguez León del décimo grado personificó
magistralmente a María, la madre de Jesús, quien fue encarnado por el joven José J. Loubriel de duodécimo grado. Además de ellos, aproximadamente unos 40 estudiantes también fueron instrumento de Dios en
esta gran experiencia de fe.
“Par mí representar a María fue una gran responsabilidad, reconocí que no era digna del papel que iba a dar vida, pero como un mero instrumento estaba dispuesta a continuar. Fue una experiencia maravillosa y llena de sacrificios, pero el llegar al corazón de las personas siempre será la mejor recompensa”, comentó Amanda Rodríguez.
Quien representó a Jesús afirma que “fue una experiencia única”. Ciertamente en sus manos estaba transmitir a la audiencia la importancia de estos momentos de la vida de Cristo. “Mi motivación para realizar este papel fue llevar el mensaje a la comunidad escolar de todo lo que Jesús sufrió por nosotros de una manera distinta y más convincente y así lograr aumentar su fe”, expresó José J. Loubriel.
Además de las actuaciones, se fusionaron danzas, cantos entonados en vivo por algunos estudiantes y un baile celebrativo de la Resurrección del Señor. Este fue uno de los momentos más significativos, pues se enfatizó que “la muerte ha sido vencida, el pecado derrotado y la tumba, vacía” en labios del papel de María.
“Fue muy fuerte hacer el papel de Jesús, ya que vivir el personaje era algo triste al pensar en el sufrimiento que tuvo en esos momentos, pero igual que Él hizo esto por nosotros, me atreví a escenificarlo para entonces entenderlo y apreciarlo más. Definitivamente mi fe y mi amor a Cristo ha aumentado mucho con esta experiencia”, dijo José Loubriel.
No podemos terminar sin destacar el compromiso, la entrega, la dedicación de los estudiantes que formaron parte de este proyecto. Ellos nos demuestran que todavía hoy hay jóvenes que quieren construir el reino de Dios, que hay jóvenes que desean ser parte del cambio y que en medio de tantas noticias y situaciones negativas que nos abruman, se puede ser en medio de nuestra sociedad: “sal de la Tierra y luz del mundo”.
Sin duda alguna ha sido un momento de gracia muy particular, de encuentro con el misterio salvífico. Todos los estudiantes de una manera u otra fueron tocados por el Señor, y antes de iniciar el receso de Semana Santa, pudieron palpar los sentimientos de María, los sentimientos de Cristo. Si una cosa podemos afirmar es que en la vida de Cristo: “La muerte se transforma en Vida”. ¡Vive!
(Luis Díaz Rosario , Maestro de religión | Colegio Lourdes, Hato Rey)