Si se comparan las 25 víctimas de violencia doméstica del año 2011, con las ocho mujeres que murieron en el año 2015 por la misma causa, se puede inferir que el mensaje que ha llevado la Oficina de la Procuradora de la Mujer ha sido efectivo.

No obstante, para la procuradora de las mujeres, Lcda. Wanda Vázquez Garced un solo caso es demasiado. “Debo reconocer que hemos avanzado, pero mientras veamos que muere una víctima por violencia doméstica o agresión sexual nos dice que todavía quedan grandes desafíos por delante”, sentenció.

La Procuradora precisó que el machismo y la inequidad siguen siendo los principales indicativos y propulsores de la violencia doméstica: “Todavía el hombre piensa que es el dueño de la mujer, que es de su propiedad, que es el que toma las decisiones, que no acepta cuando una relación se termina. Muchos viven en la creencia que si no eres mía, no eres de nadie y sobre ese machismo hay que seguir trabajando”.

Ante esto reconoció la responsabilidad que tienen las madres a la hora de criar a sus hijos. “Ellas (las mujeres) tienen que ser cuidadosas a la hora de formar a esos seres humanos para que se críen libres de machismo, sexismo, racismo, de prejuicios y que entiendan que tanto los hombres como las mujeres tienen igualdad de derechos para desarrollarse en el ambiente que decidan”, argumentó.

De otro lado, puntualizó que en los últimos 30 años la mujer puertorriqueña ha logrado el reconocimiento por su trayectoria y aportaciones en diferentes áreas educativas, laborales y políticas, pero “estos adelantos también traen innovaciones en el aspecto de la violencia”.

Cuando se le cuestionó si las penas existentes en la ley contra los agresores de violencia doméstica son eficientes a la hora de imponer penas, Vázquez Garced contestó que sí. Sin embargo, admitió que aunque “el ordenamiento jurídico de Puerto Rico es uno de avanzada, no se ha cumplido a cabalidad su implantación”. Enfatizó que todas las organizaciones: gobierno, municipios y empresas tienen que establecer legislación para orientar a las mujeres y a los hombres para establecer protocolos de violencia doméstica en todas partes.

Por otra parte, reiteró que las mujeres que son víctimas de violencia doméstica muchas veces no se dan cuenta que están siendo maltratadas. Por consiguiente sugirió estar atentos a si observa alguna de estas señales en algún familiar o compañera de trabajo. “Lo primero es que cambian su forma de ser, empiezan a maquillarse cuando antes no lo hacían, en un ambiente de calor usan ropa de manga larga, se esconden para hablar por teléfono. Su compañero le hace llamadas insistentes al celular y merodea su centro de trabajo”, detalló.

Recalcó que en una situación como esta no pase por alto estos signos para evitar tragedias porque una vez que son asesinadas no hay vuelta atrás. “No la juzguemos, lo importante es que le demos la confianza para que nos cuente lo que le está pasando. Orientémosla porque al final la decisión final será de ella”, recomendó.

Aconsejó a cualquier mujer que está viviendo un patrón de violencia doméstica que se comunique a la línea de ayuda de la Oficina de la Procuradora de la Mujer al (787) 722-2977, los siete días de la semana, 24 horas al día para que reciban la orientación de lo que deben hacer para evitar que continúe el patrón de maltrato

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