Con motivo del día nacional de concienciación sobre el Síndrome Down, que se realiza cada primero de octubre, El Visitante conversó con Luis A. Quintana Moreno, fundador de la Fundación Mi Gran Sueño que ayuda a niños, jóvenes y adultos con necesidades especiales a integrarse de una manera más efectiva y eficiente en la sociedad. Aquellos con Síndrome Down encuentran un espacio de acogida donde demuestran sus capacidades y resaltan su personalidad.
“En el tiempo que llevo trabajando con jóvenes de Diversidad Funcional, he visto que los y las jóvenes con Síndrome Down son bien creativos y disciplinados. Siempre están bien dispuestos a aprender y cooperar. Vivo fascinado de todos ellos por lo cariñosos y expresivos que son al mostrar sus emociones. Además de ser bien agradecidos”, expresó.
En la búsqueda de visibilizar y resaltar el talento de esta población Luis desarrolló el proyecto de pasarela llamado Moda sin Obstáculos, que dio paso a la Fundación, y que este año celebró la edición número 12 bajo el nuevo nombre de Diversity Couture. Esa noche los participantes de la entidad se vuelven las estrellas de la pasarela que contó con el auspicio de diseñadores como David Antonio, Jaer Cabán, Sonia Rivera, Nathalia López, entre muchos otros.
Hoy día cuentan con sobre 100 participantes con condiciones como Síndrome Down, autismo, microcefalia, perlesía cerebral, albinismo y déficit de atención. Para ellos, han desarrollado una serie de talleres educativos como modelaje, fotografía, manualidades, estética, maquillaje, baile, pintura, entre otros. Además, realizan campamentos de verano, carreras 5k, día de disfraces y confraternización navideña. Entre las actividades de recaudación de fondos realizan ventas de camisetas, alcancías, donativos y la gala de desfile de modas.
Sobre este último la diseñadora de modas Nathalia López, que ha colaborado por los pasados 8 años con la Fundación, destacó que en el caso de los participantes con Síndrome Down la personalidad de cada uno es distinta.
“Ellos se llenan de mucha ilusión. Eso fue lo más que a mí me impactó, porque se sentían parte de la pasarela, parte del ambiente de la moda y lo toman bien en serio. La primera vez que hice la actividad me llenó muchísimo. Como ser humano, me pone en perspectiva de que hay otros que están luchando con sus condiciones y superándose. Y a veces, nosotros tenemos todas las de ganar y nos quejamos. En ellos ves cierto tipo de positivismo y es bien bonito”, expresó.
Para cada desfile de modas, López se da a la tarea de diseñar cada pieza de ropa pensada en la personalidad de cada chica. Si bien la experiencia de confeccionar la prenda es gratificante para la diseñadora, la alegría de sus modelos al sentir que alguien está pensando en ellas lo hace mucho más especial. Sobre los familiares comentó que luego del desfile se acercan a ella para agradecerle.
Además de diseñar para la gala, también ofrece clases de arte como parte de los talleres que brinda la Fundación. Dijo que al compartir con esta población se dio cuenta de que es un público desatendido o que las personas no saben tratar por la condición por desconocimiento o ignorancia.
En su llamado a crear conciencia enfatizó que: “No debemos menospreciarlos, al contrario, debemos hacerlos parte y fomentar la concienciación de las condiciones para que la gente tenga más sensibilidad e información de cómo hacer a esta población parte de la sociedad”.
Un sueño para todos
De nacimiento Luis sufría pérdida de audición y problemas del habla, por lo que siempre formó parte del Programa de Educación Especial. Sin embargo, fue en la universidad que se percató de “la invisibilidad y poca ayuda existente a las personas con deficiencia en el desarrollo y diversidad funcional”.
Ante la falta de apoyo, integración social y laboral para la población a la que pertenece, nació la inquietud y el deseo de eliminar el discrimen y concienciar a la comunidad de que, con la ayuda necesaria, esta población se puede integrar a ella.
“Nuestro compromiso es aglutinar a esta población para ayudarlos a levantar su autoestima, a que se les trate de manera justa y digna. Ofrecerles actividades educativas, recreativas y de vida independiente que les ayuden a integrarse a nuestra sociedad de una manera más efectiva y productiva. Tomando en cuenta los servicios que la corriente escolar no les ofrece o que al llegar a cierta edad les descontinúan, dejándolos en el limbo y sin encontrar qué hacer”, aseveró el joven de 32 años.
Nilmarie Goyco Suárez
Twitter: @NilmarieGoycoEV
n.goyco@elvisitantepr.com