Origen de la Epifanía | Edición 1: 1 al 7 de enero de 2017
“Vieron al niño con María, su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra”, (Mt 2, 11).
Las tallas de palo, las promesas, las décimas y las trullas, los velorios, las caravanas matinales, la cajita de zapatos con abundante hierba y las estampas vivientes describen una imagen navideña muy familiar: tres magos con vestimentas finísimas, representantes de tierras lejanas y portadores de refinados presentes que adoran al Niño Dios. Cada 6 de enero se celebra la Epifanía del Señor. No hay duda que los popularmente conocidos tres reyes magos han calado hondo en la tradición del pueblo puertorriqueño desde hace siglos. Pero, ¿quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Por qué ofrendan al Emmanuel?
Realmente las fuentes de información en la Sagrada Escritura son escasas. De hecho, se limitan a unas líneas en el Evangelio de Mateo, el único que habla sobre unos “magos”. No dice cuántos, no menciona nombres ni procedencia exacta. Se detalla que vienen de “Oriente”, un término muy genérico que en ese entonces pudiera atribuírsele a la región de Babilonia, Persia o el Sur de Arabia. Aunque varias interpretaciones indican que los magos pudieran provenir de Europa, África y Asia respectivamente, símbolo de los tres continentes conocidos con religiones diversas en ese entonces.
Sus presentes son más que un simple tributo, simbolizan la realeza (oro), la divinidad (incienso) y la Pasión y muerte (mirra) del Hijo de Dios que vino a salvar la humanidad. Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes representan la salvación que se ofrecerá a los paganos, son nombrados por la tradición. Lo cierto es que ellos cumplen con una adoración que ratifica los oráculos mesiánicos descritos en el Viejo Testamento que expresan el homenaje de las naciones al Dios de Israel. El libro de los Salmos (72, 10-11), que pudiera ser una referencia para llamar a los magos “reyes”, versa: “[…] los reyes de Tarsis y las islas traerán consigo tributo. Los reyes de Sabá y Seba todos pagarán impuestos; ante él se postrarán los reyes”. Otras referencias de esta adoración son Isaías (49, 23) y Números (24, 17), ambas mencionan a unos reyes.
Papa Francisco, en su homilía durante la celebración de la Epifanía en el 2015, explicó que según la tradición ellos eran “hombres sabios, estudiosos de los astros, escrutadores del cielo, en un contexto cultural y de creencias que atribuía a las estrellas un significado y un influjo sobre las vicisitudes humanas”. Ellos emprendieron un largo camino para poder tener un encuentro personal con Dios.