Luego de sufrir un derrame cerebral, haberse sometido a una cirugía de remplazo de cadera o rodilla o si tuvo un accidente de tránsito que le ocasionó lesiones, es probable que requiera terapia física para lograr rehabilitarse. Ante esto es vital que sea referido lo antes posible para prevenir complicaciones y que pueda reintegrarse lo antes posible a su vida cotidiana.

El término terapia física proviene del griego: therapéia que significa tratamiento y physis, natural o naturaleza. Como parte del tratamiento se utiliza frío, calor, luz, electricidad, masaje que ayudan a disminuir inflamación y dolor, más ejercicios, entre otros.

Según Awilda Vázquez Quintana, terapista física con más de 48 años de experiencia, es clave que después de una intervención quirúrgica, lesión o enfermedad el paciente sea guiado en un plan de tratamiento donde se sienta seguro que está haciendo lo correcto.

Sobre si un paciente puede recuperarse en su totalidad de una cirugía de remplazo de cadera o rodilla sin recibir terapia física respondió que sí, pero advirtió que eso dependerá de muchos factores. “Hay pacientes sin complicaciones, sin temor al dolor ni al movimiento, que se atreven solos y dicen: ‘Si no realizo estos movimientos no voy a poder ponerme de pie’. He recibido pacientes que luego de la cirugía van a evaluación pero no requieren tratamiento”, indicó.

De otro lado, destacó que “el aspecto emocional es muy importante en la recuperación. Las personas reaccionan diferentes ante la misma limitación y la terapia física identifica, previene, corrige y alivia limitaciones físicas y emocionales”.

A su vez, confirmó que la rehabilitación es un trabajo en equipo donde se integran otros profesionales de la salud como el médico, asistente del fisioterapista, terapista ocupacional, terapista del habla, trabajador social, enfermera, técnico protésico, entre otros.

Vázquez Quintana enfatizó que “en términos generales un paciente recibe tratamiento para disminuir edema y dolor, ejercicios para aumentar el arco de movimiento de una articulación, incrementar la fuerza muscular evitando que la masa muscular disminuya, ejercicios de balance, coordinación  y entrenamiento en uso de equipo asistivo como: andador, muletas, silla de ruedas, bastón, prótesis, abrazaderas, etc.”.

Relacionado al dolor que pueden provocar los ejercicios que son parte de la terapia, la experta precisó que “muchas veces sienten dolor, pero como terapista sabemos hasta dónde se puede llegar. Por eso es importante que sea un terapista o un asistente del fisioterapista el que administre el tratamiento. Si el dolor es tan intolerable, el paciente no va a querer continuar con el tratamiento y no se va a rehabilitar”.

Continuó diciendo que “algunos médicos escriben en el referido que los ejercicios sean agresivos, pero no siempre se puede porque no podemos hacer gritar al paciente o que le quede un dolor por mucho tiempo después de recibir el tratamiento”.

Vázquez Quintana indicó que los terapistas físicos tienen que ser cautelosos y tratar con caridad al paciente, “que sienta la confianza que lo vamos a ayudar. Poco a poco llegamos lejos. Le damos un plan de ejercicios para el hogar, para que se ayude. Y con amor, con esperanza vamos a lograr un máximo de rehabilitación”. De otro lado, lamentó que en muchos casos los pacientes llegan al límite del tratamiento permitido por el plan médico sin haber alcanzado el proceso completo de rehabilitación.

Por otra parte, la terapista física admitió que al momento no hay suficientes terapistas físicos porque siempre hay necesidad.

Finalmente, agradeció a sus pacientes la confianza en su Centro de Terapia y reiteró que continuará realizando bien y con amor su trabajo, “de la mano de Dios porque allí donde te puso Dios, Él no te abandona”, concluyó.

 

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here