“La vida humana ha de ser tenida como sagrada”, es lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica (Núm. 2258) sobre el valor de la vida de una persona. “Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; NADIE, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente”. Mucho menos tenemos el derecho de acabar con nuestra propia vida bajo ninguna circunstancia. El suicidio es un asunto muy latente en nuestra sociedad que continúa afectando a diario a miles de puertorriqueños y que es necesario atender.
“El intento suicida es aquella acción que una persona realiza con el objetivo de privar su vida. Hay momentos en los que la meta no se logra y eso es lo que se le llama un intento suicida”, explicó a este semanario la Dra. Nilda Tarafa Pérez, psicóloga clínica de adultos. Entre algunos ejemplos de acciones contra la vida propia que presentó la psicóloga se encuentra el ingerir pastillas en exceso, manejar a exceso de velocidad, no prestar atención a la salud física o emocional ni a enfermedades terminales, entre otros más, todos con la intención de acabar con su propia vida lenta o rápidamente.
Durante el año 2020 se registraron un total de 167 suicidios en Puerto Rico según las estadísticas del Departamento de Salud. Se dice que un promedio de 19 suicidios ocurre al mes en la Isla y que para el año 2020, el “85% de las muertes por suicidios ocurrieron en hombres y el 15% en mujeres” (Departamento de Salud). Asimismo, la mayor cantidad de personas que se quitaron la vida en el mismo año fueron entre las edades de 50 a 59 años (34 personas en total).
Aunque la desesperanza, desmotivación, problemas personales o en el hogar, problemas sociales, económicos, entre otros, pueden causar pensamientos o deseos suicidas, esto deja claro que no existe límite de edad, género, clase social, o algún impedimento para que ocurra, lamentablemente. “El tema del suicidio puede aparecer en cualquier momento en la vida de un ser humano en la cual se está enfrentando a un entorno, etapa o relaciones interpersonales que están creando un estado de desesperanza profunda o tristeza”, añade la doctora Nilda. Al igual que hay persona que demuestran las intenciones, “hay otros que no las expresan y se van aislando; van creando ese pensamiento –negativo– como una solución sobre la que están enfrentando”.
¿Cómo esto se puede combatir? Por su parte, Tarafa Pérez invitó a prestar atención a los pensamientos, sentimientos y las expresiones. Tener sensibilidad y conversaciones profundas para poder expresar las emociones en confianza. De igual forma, invitó a la Iglesia a atender con premura el tema de la salud mental de sus feligreses.
Con relación a las diferentes ayudas que ofrece el Gobierno de Puerto Rico y otras entidades, mencionó a ASSMCA, la Línea PAS y el nuevo número telefónico 9-8-8 para emergencias relacionadas a la salud mental con asistencia las 24 horas del día con profesionales capacitados para atender cualquier situación. Igualmente, el Hospital Panamericano y Hospital San Juan Capestrano.
Jorge L. Rodríguez Guzmán
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