Por naturaleza, la muerte de otro ser humano nos provoca temor, tristeza y dolor. Así ha sido, aunque la insensibilidad nos quiere conquistar. Estos días recientes saltan las alarmas por el récord de rusos caídos en suelo ucraniano -según las autoridades de Ucrania-, por las cifras de ucranianos fallecidos en el conflicto y las impactantes imágenes del terremoto devastador en Turquía y Siria que segó la vida de decenas de miles de personas.
Coincide esta noticia con el nefasto primer aniversario (24 de febrero) de la invasión rusa a suelo ucraniano. Una invasión que probablemente la gente de a pie no quería, pero que son obligados a apoyar con sus vidas en la línea mortal. Este año de tristeza y dolor debe ser una leccio para el mundo. La guerra, la violencia y la encañonada sorpresa no es la solución, más bien es un tren fatal que no para hasta arrasarlo todo. Igual, cuando se va perdiendo todo tirano sin bandera grita amenazas nucleares. ¿Se prefiere ganar aunque luego mates poco a poco a todos los seres vivientes del planeta? ¡Elevemos un clamor al cielo por el fin de esta guerra!
Por otro lado, miles y miles lloran a sus seres queridos fallecidos por el fatal terremoto el 6 de febrero con epicentro en Kahramanmaras, Turquía. Se habla de más de 24 mil víctimas fatales y más de 82 mil heridos. Las imágenes y los vídeos dejan sin palabras y conmueven hasta el más duro de corazón. El silencio y el dolor se adueña de las calles que la muerte recorrió. La tragedia tocó al pueblo turco y sirio, este último lleva años desde el 2011 en guerra civil. Desde la distancia, una oración, un gesto y alguna ayuda son signos obligados para el buen católico que emprende camino cuaresmal.
Oremos y pidamos a Dios que conceda la paz a los miles que han perdido a sus seres queridos en Ucrania, Turquía y Siria, una paz que solo el Resucitado puede dar. Oremos juntos con sencillez de corazón para que la paz de Dios renazca en suelo ucraniano y el abrazo fraterno llegue entre hermanos. Que finalmente llegue el alto al fuego, que se cambien la destrucción por la reconstrucción. Que el perdón y la reconciliación brillen como el sol mañanero. María Reina de la paz, ora por el pueblo ucraniano, turco, ruso y sirio.
Enrique I. López López
Twitter: @Enrique_LopezEV