La sexualidad humana alcanza su lugar apropiado y su apogeo en la entrega sexual de los cónyuges consagrados a vivir el amor humano como una misión eclesial.  En ocasiones anteriores he escrito varias reflexiones sobre las cualidades a tener en cuenta para lograr una mejor entrega. Algunas de estas todavía esperan su turno.  Para darle un poco de humor a una temática que algunos rechazan como tema tabú, pero que la pareja debe abordar en su seriedad, quiero hoy compartir una carta del esposo a la esposa, con mucha ironía, para atraerla a buscar una mejor entrega.

“Amor mío:  Como me es imposible hablar contigo detenidamente, pues te enfadas con facilidad, te envío estas estadísticas sobre nuestras entregas matrimoniales.  Durante el último año he tratado de seducirte 365 veces, tuve éxito en 36 de ellas, lo que arroja un promedio de una cada diez días.  A continuación, te detallo el por qué no tuve éxito la mayor parte de las veces.

15 veces porque se despertaron los niños.

13 veces porque tenías mucho frío, 3 porque tenías mucho calor.

48 porque estabas muy cansada.

15 porque era y que muy temprano.

22 porque según tu era muy tarde.

56 veces te hiciste la dormida.

7 porque la ventana estaba abierta y los vecinos podían oír.

6 porque tenías dolor de cabeza; 21 porque no tenías el deseo.

5 porque estuviste viendo la tele hasta muy tarde.

6 veces porque tenías dolor de espalda, 1 por dolor de muelas.

14 por tener los rolos puestos; 9 veces porque los niños estaban llorando.

16 porque te descomponía el peinado.

10 porque tuviste que ir al baño y cuando regresaste ya yo estaba dormido.

Como te decía en 36 ocasiones tuve éxito.  No fueron del todo satisfactorias, porque en 6 ocasiones estuviste viendo la tele todo el tiempo.  Por 10 veces me dijiste que me apurara y acabara de una vez. 4 veces me cortaste la inspiración al comentar que el techo necesitaba pintura. 15 veces tuve que despertarte para decirte que ya habíamos terminado, y en 1 ocasión pensé que te había lastimado al sentir que te moviste.

Esto quizá te contesta la pregunta que me hacías el otro día de por qué algunos maridos buscan fuera.  Verás que no es por lujo, o por prestigio ante sus amigos.  A pesar de todo te sigo queriendo mucho, y no te voy a cambiar por ninguna otra.

TE amo, Tu marido.

Claro, esto es broma.  Y lo mismo podría haberle escrito la esposa a su esposo.  Es un toque de atención para un diálogo de crecimiento en la pareja.  Relegar la sexualidad a un tópico del que no se habla es un gran error.  Como lo sería el pensar de esta materia como un tema tabú que no se debe mencionar.  Me dejó sin ánimo y sin aliento el varón de un taller de novios que, cuando analizamos la temática, estaba muy molesto, y haciéndose cruces, porque y que ‘de esas cosas no se habla en público’.  Odiamos la pornografía, porque degrada esta experiencia donde Jesús también está presente.  Pero no el tratamiento serio y formado para mejorar la experiencia como un punto capital en mantener la relación, y esto incluso en parejas mayores.  Chúpate está en lo que mondo la otra.

 

P. Jorge Ambert, S.J.

Para El Visitante

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