Cada 17 de marzo se celebra la fiesta de San Patricio, un santo muy conocido por su sencillez para evangelizar y explicar el misterio de la Trinidad.
Santo irlandés del trébol
Nació en Gran Bretaña en el año 385. Desde su juventud estuvo en Irlanda, en un principio como esclavo y luego como presbítero y obispo. Es considerado como aquel que introdujo el cristianismo al país en tiempos de la expansión del Evangelio en Europa.
Aunque popularmente se hace alusión al trébol cuando se escucha el nombre de San Patricio, es cierto que guarda relación. Se cuenta que utilizaba una hoja de trébol de tres partes para explicar al Dios Trino. A cada una de las hojitas le asignaba una persona de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, unidos todos como un solo Ser Supremo. Lo que no guarda ninguna relación con el santo es el asunto del “hombrecito de verde” de la suerte, las monedas de oro y la cerveza.
¿Patrón de la yuca y el casabe?
Los loiceños le conocen a San Patricio como el patrón de la yuca, explicó a este semanario el P. Allen Rodríguez, párroco de la Parroquia Espíritu Santo y San Patricio de Loíza. Esto se debe a un suceso milagroso en el municipio atribuido a este santo. Según cuenta el presbítero, “había una plaga” que estaba devorando el cultivo de yuca, por lo que los fieles tomaron la iniciativa de pedirle intercesión a algún santo. Echaron “a la suerte” diferentes nombres de santos y, a la tercera vez que salió San Patricio, le invocaron para que cesara la plaga. Así fue como dicha problemática culminó y le atribuyeron el milagro al santo patrón de Loíza. Como acción de gracias, le dedicaron un lugar para su veneración, que fue una pequeña ermita, y con el tiempo se le añadió también el nombre de San Patricio al templo principal del pueblo.
El templo parroquial Espíritu Santo y San Patricio de Loíza data de 1729, (primera fecha de actas bautismales), menciona Rodríguez. Su construcción, como fortaleza, servía como refugio en huracanes e invasiones en épocas del gobierno español. Su campanario se encuentra al nivel del mar, por lo que se utilizaba como referencia para futuras construcciones en la zona. Este templo preserva piezas de arte históricas como reliquias de santos, cálices, imágenes y artículos religiosos con más de 200 años. En el presbiterio se encuentra una pintura de San Patricio de piel morena, representando la ascendencia afrocaribeña que distingue a los loiceños de manera especial.
Jorge L. Rodríguez Guzmán
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