“Padre de todos los puertorriqueños es San Juan Bautista, el precursor del Señor”, así escribió Padre Diego De La Texera en su escrito titulado “San Juan Bautista y Puerto Rico” publicado en nuestro semanario hace un año. Y es que, para los puertorriqueños, San Juan Bautista no sólo es el patrón de la Arquidiócesis, la Ciudad Capital y la Catedral Metropolitana que llevan su mismo nombre. Sino que fue el primer protector del archipiélago borincano, y también hoy día patrón del municipio de Maricao y Orocovis. 

Juan el Bautista es el único santo del catolicismo que se conmemora el día de su nacimiento, siendo este uno de los santos al que la Iglesia le tiene mucha devoción. Este es quien en los evangelios se narra que anuncia la llega del Mesías. Además, es quien bautiza a Jesús. Su primera “aparición” se da en las Sagradas Escrituras cuando el ángel le dice a Zacarías, su papá, cuál sería su nombre: «No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada. Tu esposa Isabel te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan, (Lc 1, 13). Más adelante, la Virgen María visita su prima y al saludar a Isabel, “el niño dio saltos en su vientre”, (Lc 1, 41). Por eso se dice que Juan y Jesús tenían una relación cercana. 

Noche de San Juan 

La tradición popular puertorriqueña de la Noche de San Juan no guarda relación directa con la devoción cristiana al santo. Todos los veranos, en la noche del 23 de junio, víspera de la solemnidad del natalicio de San Juan Bautista, los puertorriqueños se reúnen usualmente a la orilla del mar, en una piscina o río. Originalmente esto se hacía para “revivir el bautizo” por el hecho de que fue Juan quien bautizó a Jesús en el río Jordán, según dijo hace un tiempo a El Visitante el Padre Alfonso Guzmán Alfaro, OFM, pero esta tradición se ha ido cambiando.

Se dice que la costumbre más famosa es, a la media noche del 23 de junio, lanzarse de espalda hacia algún cuerpo de agua. Hoy día esto tiene más vínculo con la superstición y la suerte que con el santo como tal, y lo único alusivo que permanece es su nombre. Sin embargo, esta es una celebración veraniega de muchos años en la cultura puertorriqueña. 

Este tradicional acontecimiento recibe el nombre ya que, con la llegada de los españoles a la Isla de Borikén en 1493, decidieron llamarla San Juan Bautista, que pasaría a ser el nombre de la Isleta hoy conocida por todos como “Viejo San Juan”; luego el nombre oficial del archipiélago caribeño pasó a ser Puerto Rico. Por eso, San Juan Bautista sigue siendo devoción y tradición en Borinquen. 

“Ser puertorriqueño es ser Juan el Bautista, ir delante del Señor preparando sus caminos, anunciando a todos la salvación y el perdón de los pecados. Nunca olvidemos nuestro nombre, que aparece grabado en nuestro escudo nacional: Ioannes est nomen eius que del latín se traduce: “Juan es su nombre”, (Lc 1, 63)”, añadió P. Diego en su escrito que puedes leer en nuestra página web. Este año la Arquidiócesis de San Juan llevará a cabo varias actividades en honor al Santo. Entre ellas, la tradicional procesión el sábado, 24 de junio desde las 11:00 a.m., seguido por la Santa Misa en la Catedral Metropolitana. Para más información: Catedral Basílica de San Juan Bautista en Facebook.

Jorge L. Rodríguez Guzmán 

j.rodriguez@elvisitantepr.com 

Twitter: jrodriguezev 

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