El pasado jueves, 4 de mayo la Fundación Felisa Rincón de Gautier y la Asociación de Historia del Viejo San Juan realizaron la conferencia: La iglesia San José: proyecto, proceso y progreso a cargo de Jorge Rigau, FAIA, arquitecto que actualmente lleva a cabo el proceso de restauración del templo. La misma tuvo lugar a las 7:00 de la noche en la Casa Museo que lleva el mismo nombre de la Fundación.

Durante la conferencia que tuvo una duración aproximada de una hora y que se basó principalmente en la proyección de imágenes alusivas a la restauración y hallazgos en la iglesia, el también historiador se mostró esperanzado en que el templo abrirá al público en 2018. A pesar de ser un monumento histórico, la iglesia San José permaneció cerrada por espacio de una década, hecho que desencadenó humedad e incluso el crecimiento de un árbol en el centro de la estructura. Es a raíz de unas grietas en la cúpula de la iglesia que se tomó la decisión de restaurarla.

Entre los retos singulares que presentó habían: estructurales, decorativos, históricos y temas de arte sacro, por mencionar algunos. Su historia está amarrada a múltiples aconteceres y personalidades del país como la familia Ponce de León, Fr. Antonio de Montesinos, Fr. Bartolomé de las Casas, Campeche, entre otros. Su fundación surgió en una época en la que Iglesia y Estado eran uno solo.

La construcción que data del siglo 16 (inició alrededor de 1532 y terminó en 1735), es la segunda más antigua del hemisferio y es parte del primer convento -que ubica justo a su lado- que conoció la ciudad de San Juan perteneciente a los Padres dominicos. Anteriormente nombrada Santo Tomás de Aquino, su fundación estuvo a cargo de la Orden de Predicadores, conocidos como los frailes dominicos cuyo fin principal era predicar para evangelizar. El gran legado de los dominicos -que estuvieron cientos de años- fue el espacio central, la nave, que es el espacio interior más grande que hay en Puerto Rico.

“Los historiadores decían que esta iglesia tiene que haber tenido un techo a dos aguas, de madera, con pencas de palma. Y nosotros bajo nuestro trabajo encontramos evidencia física. El hecho del bombazo de la Guerra hispanoamericana también lo pudimos constatar”, indicó Rigau. Como ejemplo del tamaño de espacio interior de la iglesia, explicó a la audiencia que esta podría acoger la Torre de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.

Posteriormente, en 1858 se asignó la custodia del templo a los padres de la Compañía de Jesús, mejor conocidos como los jesuitas. Estos, además de dedicar la iglesia a San José (de ahí su nombre actual), cambiaron el interior para armonizar su arquitectura a los gustos neoclásicos. Estos entendían que a través de la belleza se llegaba a Dios.

Con la partida de los jesuitas, los paúles tomaron el templo e hicieron a San José parroquia en 1908, siendo la más pequeña de la isla pero dotándola con un potencial evangelizador.

De acuerdo con Rigau a diferencia de ocasiones pasadas, en esta ocasión se está documentando cada etapa del proyecto, los hallazgos, arreglos y estudios realizados a la edificación. Señaló que los estragos climáticos, la falta de conservación y la intervención humana tuvieron efectos nocivos en la estructura. Sobre este último, destacó que en restauraciones anteriores se utilizaron materiales que afectaron la edificación. Sin contar la clausura del templo que empeoró el estado del mismo.

Según Rigau, el fin principal de la restauración es remover el material existente en su mayoría capas de empañetado de cemento producto de pasadas remodelaciones, que no dejaban “respirar” la iglesia; es decir que no salía la humedad. “Lo que se pretende es que los morteros (mezcla de polvo de ladrillo, cal, arena y agua) que se aplican protejan la integridad de la estructura. De modo que se logre extender la vida del material original con el que se construyó la iglesia”, dijo el experto.

Al igual que la construcción tradicional que predomina en el Viejo San Juan conocida como mampostería, la iglesia está hecha de piedra, cantería (cantos de piedras), cillería (piedra cortada) y mezcla de ladrillo y piedra. El arquitecto detalló que como parte de la restauración dejarán unas áreas del interior con el material original expuesto para que el público visualice, disfrute y comprenda más de cerca la historia e importancia de este monumento. Una vez finalizado el proyecto, San José volverá a ser una parroquia.

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