Hoy viernes, 21 de febrero la Iglesia recuerda a San Damián, su nombre significa el que doma su cuerpo. Este fue un hombre austero que Dios envió a la Iglesia Católica en un tiempo en el que la relajación de costumbres era muy grande y se necesitaban predicadores que tuvieran el valor de corregir los vicios con sus palabras y con sus buenos ejemplos.

El Santo nació en Italia el año 1007. Su nombre era Pedro, muy pequeño quedó huérfano y su hermano lo puso a cuidar cerdos y lo trataba como un esclavo. Un día un sacerdote llamado Padre Damián, se compadeció de él, se lo llevó a la ciudad y le costeó sus estudios. En agradecimiento a su protector, el santo cambió su nombre a Pedro Damián.

Resultó ser que el joven gozaba de una inteligencia privilegiada y a los 25 años ya era profesor universitario, pero sentía que le faltaba algo. Entonces decidió hacerse religioso. En lo que evaluaba a que orden se uniría llegaron unos monjes benedictinos, y al enterarse de cómo vivían la vida religiosa en su convento se fue con ellos.

Sucedió que Pedro, para lograr dominar sus pasiones sensuales, se colocó debajo de su camisa correas con espinas y se daba azotes, además de solo comer pan y agua. Pero como su cuerpo no estaba acostumbrado se enfermó. Entonces, comprendió que las penitencias no deben ser tan exageradas. Entendió que la mejor opción para agradar a Dios, era tener paciencia con las penas que Él permitía que le ocurriesen, y dedicarse a cumplir los deberes del día, estudiar y trabajar con todo empeño.

San Damián aprovechó el ambiente de silencio y soledad del Monasterio y se dedicó a estudiar las Sagradas Escrituras, y otros libros antiguos que le sirvió, más adelante para redactar sus propios libros y cartas que se hicieron famosas por su sabiduría. En los ratos en que no estaba rezando o estudiando, se dedicó a labores de carpintería, y con pequeños muebles que construía ayudaba a la economía del convento.

Al morir el superior del convento, los monjes lo nombraron como su Abad. Bajo su liderato se formaron otros cinco conventos. El 21 de febrero del año 1072 entregó su vida a Dios. Al poco tiempo fue canonizado y declarado Doctor de la Iglesia. ■

Camille Rodríguez Báez
Twitter: @CamilleRodz_EV
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