Si luego de comer o ingerir bebidas alcohólicas siente una sensación de ardor en la boca del estómago y el gusto de los fluidos gástricos suben y bajan por su esófago, es posible que padezca de reflujo gastroesofágico, (GERD, por sus siglas en inglés).
La página de Internet de la Clínica Mayo establece que el reflujo gastroesofágico ocurre cuando el esfínter esofágico inferior (músculo que actúa como válvula entre el esófago y el estómago) se debilita o relaja cuando no debe. Por lo tanto, provoca que los contenidos del estómago asciendan al esófago. También, las hernias hiatales, que se forman cuando la parte superior del estómago se mueve hacia el pecho y el estómago puede filtrarse por una apertura que se encuentra en el diafragma (pared muscular que separa el estómago del tórax) pueden ser la causa del GERD.
La misma página informa que otros factores que pueden contribuir con la enfermedad son la obesidad, ciertos medicamentos para el asma, antihistamínicos, analgésicos, sedantes y antidepresivos. Así como fumar o inhalar humo de otros fumadores.
Aunque muchos relacionan el reflujo gastroesofágico con la acidez, este último es solo uno de los síntomas asociados a esta afección. Otras señales pueden incluir dificultad al tragar, tos seca, asma y neumonía recurrente, dolor de garganta, ronquera o laringitis, silbido al respirar y dolor en el pecho, especialmente cuando está acostado de noche. Igualmente, los gastroenterólogos (médicos que se especializan en enfermedades digestivas) advierten que si padece de reflujo más de dos veces por semana debe visitar a su médico ya que esta condición puede llevar a otras enfermedades más graves incluyendo el cáncer.
Sobre el diagnóstico del GERD, no hay una prueba específica que confirme que el paciente tiene el padecimiento. Sin embargo, los gastroenterólogos pueden hacer otros análisis que le permitirán determinar si el paciente tiene la afección.
Cabe mencionar, que esta enfermedad no tiene cura, pero, así como la diabetes, o la alta presión puede lograr controlarla para que los episodios sean menos frecuentes, para esto será necesario hacer cambios a sus hábitos alimenticios. Expertos recomiendan perder el exceso de peso, comer porciones más pequeñas, no comer 3 horas antes de acostarse a dormir y evitar comidas que pueden causarle acidez, tales como alimentos fritos o grasosos, así como salsas, chocolate, menta, cítricos, ajo y cebollas, por mencionar algunas. Del mismo modo, debe eliminar el cigarrillo y el alcohol.
Relacionado al tratamiento existen antiácidos que se disuelven en la boca que le ayudarán si el episodio de reflujo no es tan agudo. También puede conseguir antiácidos en pastillas, sin receta que podrían eliminar los síntomas y el dolor. No obstante, si sus síntomas empeoran e incluyen náuseas, vómitos o dificultad al tragar debe acudir a un profesional de la salud, preferiblemente a un gastroenterólogo.