El fin de semana del 24 al 26 de marzo nos reunimos los catequistas en la Casa Manresa para realizar nuestro retiro anual de Cuaresma. El tema propuesto en conexión con el valor del año: Contemplando a Jesús desde nuestra realidad personal (viernes, con el Padre Miguel Claudio, director espiritual de  Casa Manresa), Contemplar desde la experiencia de oración (Beatriz, “voz de Ángel”) y el Domingo: Contemplando a Jesús desde nuestra salud integral (Maricarmen González).

Hermosa experiencia vivida, un oasis de renovación espiritual. Padre Miguel Claudio centró su reflexión en él para que contempláramos: Para estar despiertos. El despertar espiritual, encuentro con Jesús, nos ayuda a estar en paz con lo que Él quiere de nosotros. Para entender, comprender qué cosas vienen de Él, y qué cosas provienen del mal Espíritu. Para tomar acción, siendo conscientes de nuestra fragilidad, nuestra confianza ha de estar puesta en el Señor, no somos nosotros quienes vencemos al mal Espíritu, es el Señor, solo con Él, en su nombre, podemos vencer las tentaciones.

El sábado, desde la experiencia de Oración, contemplando a Jesús en la Eucaristía, nuestra vida se alimenta, toma nuevas fuerzas, nos renovamos, caminamos a puerto seguro. Desde la reflexión, clarificación de conceptos y desde la vivencia, el grupo se sumergió en el gozo Espiritual de la Presencia de Dios.

Tuvimos la bendición de ser acompañados por nuestro Pastor Monseñor Eusebio Ramos Morales, quien celebró la Eucaristía. En la homilía, el Obispo agradeció a los catequistas el servicio prestado a la catequesis y nos animó, a continuar acompañando el proceso Catequético de niños, jóvenes y adultos, enriqueciendo el proceso de las comunidades bíblicas, dándole énfasis a la integración de las familias dentro del proceso que llevamos y fortaleciendo la conciencia misionera en todos los catequizandos.

Culminamos nuestro retiro, desde la clave de la alegría. Con una visión renovada y con mucha motivación. Se nos ayudó a comprender que, para poder servir con eficacia, hemos de aprender a amar nuestro cuerpo, templo del Espíritu Santo, proporcionándole el cuidado necesario, una buena alimentación, ejercicios, entre otras. Todo esto y nuestra motivación personal, van  de la mano, ya que hace parte de nuestro ser integral. Agradecemos al Señor por toda esta experiencia vivida durante este fin de semana, que nos renueva y nos capacita para seguir nuestra hermosa labor como catequistas de la Diócesis de  Caguas.

(Vicaría de Catequesis)

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