Como la mayoría de los cristianos que quieren hacer la voluntad de Dios, el hoy diácono de la Iglesia Católica, Rubén Zayas, comenzó una búsqueda que lo llevó a la iglesia Discípulos de Cristo en Ciales. Aunque Zayas fue criado en la Iglesia Católica, llegó a la Iglesia Discípulos de Cristo a través de su hermano mayor que pertenecía a ella.

“El hambre de servir y agradar a Dios me hicieron trabajar de lleno en la comunidad. Mi esposa (también criada en una familia católica) y yo trabajábamos en varios grupos y la pasión por servir a Dios hizo que me consideraran para entrar a la escuela de formación para pastores en Puerto Rico”, explicó el diácono.

Compartió que: “Me sentía incómodo con las exigencias y enseñanzas. Esto levantó interrogantes sobre mi fe. A tal punto, que decidí tomar un tiempo para reflexionar con mi familia qué deseaba Dios de nosotros”. Sostuvo que luego de un mes de estar en oración y a la espera de lo que Dios quería de él, su esposa Yanira Rosario (una mujer muy mariana) le dijo que necesitaba a Dios y a su Iglesia y se fue. Él se quedó en la casa porque no se sentía preparado aún.

“Había pasado solo una hora cuando mi esposa regresó a la casa feliz. Me extrañó mucho porque los cultos duraban aproximadamente 3 horas. Le pregunté y ella respondió llena de gozo ‘regresé a mi casa’. Yo creí que estaba en la Iglesia protestante, pero había ido la parroquia Ntra. Sra. del Rosario en Ciales”, indicó.

Relató que se sintió confundido pero con deseos de conocer la verdadera Iglesia de Cristo. Junto a su esposa decidieron caminar poco a poco. “Los hermanos del Movimiento Juan XXIII le dieron una ficha a mi esposa para hacer un retiro. Inicialmente pensamos que el retiro era para mujeres pero en realidad era para hombres, fui por amor”, admitió Zayas.

Comentó que los primeros dos días del retiro no sintió nada, pero el tercer día luego de escuchar la charla La Iglesia de Cristo y en la adoración al Santísimo, Dios le abrió los ojos. “Tal y como le sucedió a los discípulos de Emaús que en la fracción del pan se le abrieron los ojos. Entre el Santo Rosario que había comenzado a hacer mi esposa y la Eucaristía, Dios había puesto en mi corazón la certeza de que habíamos regresado a la Iglesia que Cristo fundó”, recalcó.

El retirado maestro de biología precisó que fue el fallecido Padre Juan Amorós (fraile de la Orden del Carmen) el que lo dirigió espiritualmente en el camino de transición a la Iglesia Católica. Se integró a la parroquia Ntra. Sra. del Rosario de Ciales y comenzó a trabajar en los movimientos de la comunidad.

Pasados varios años, con todos sus Sacramentos realizados y trabajando arduamente en la evangelización, su nombre es mencionado para ser candidato al diaconado por Fray Elías Pascual, otro fallecido sacerdote carmelita. “Sentí un poco de temor, pero sabía que Dios mismo me llamaba para concretar lo que había comenzado. Mi esposa y mis hijos sabían que Jesús me había escogido desde siempre para servirle y este momento era otro paso para acercarme más a Él y cumplir mi propósito”, reconoció.

Dijo que, “surgieron dudas porque hasta hoy me siento indigno de este ministerio, pero el día de la ordenación, cuando mi Obispo Monseñor Daniel Fernández Torres me impuso las manos y me entregó el libro esa fue la confirmación del Cielo que estaba haciendo la voluntad de Dios”, enfatizó el diácono que este año cumple 5 años de ordenado.

Al final, su esposa Yanira aseguró: “Rubén es un excelente padre y esposo. Dios en el camino nos mostró su plan misericordioso con nuestra familia. Lo más difícil del ministerio es armonizar la agenda familiar con la ministerial, pero con la ayuda de Jesús y María todo es posible”.

(Jorge L. Montes Quiles)

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